viernes, 27 de junio de 2014

Molinos de marea

Molino El Pintado, Huelva
Molino El Pintado, Huelva. Fuente: Wikpedia
El uso de las energías renovables no es de ayer. Es de sobras conocido por todos el uso de la corriente de los ríos o del viento para el molido de grano. El molino de río empezó a usarse en tiempos de los romanos, y los de viento son una enseña nacional en Holanda y La Mancha.

Menos conocidos son sin embargo los molinos de mareas o mareales. Estos también usan la energía potencial del agua, pero en lugar de en un río, en una costa con mareas apreciables. Son bastante más recientes que los de río o de viento (s. XI o incluso antes),  pero su uso en nuestras costas atlánticas fue extensivo. Solo en la bahía de Cádiz se construyeron más de una veintena, la mayoría de los cuales está en un estado de ruina casi total.

De pequeño solía ir mucho a las salinas del saco de la bahía. Merodeando por allí recuerdo haber curioseado un edificio que me llamaba mucho la atención. Ahora sé que es el molino de Ossio, que data de 1718, y que es de los mejor conservados, lo cual no es decir mucho.

Molino de Ossio, Puerto Real. Foto de José Manuel Oneto
El funcionamiento es de lo más simple. Se embalsa agua durante las mareas altas y se suelta durante las bajas. El agua que escapa mueve unos rodetes que transmiten el giro a las muelas que trituran el grano.

Las modernas plantas de energía mareomotriz, como la de Rance, en Francia, funcionan exactamente igual. La única diferencia es que la energía mecánica se transforma en eléctrica gracias a unos grandes alternadores.

Planta mareomotriz de Rance, France. Fuente: Wikipedia
Conservar este patrimonio histórico y etnográfico no es fácil, pero tampoco sería imposible. No todas las casas salineras ni todos los molinos se pueden convertir en museos. Pero quizás, al menos se debería hacer un esfuerzo por salvar algunas de estas construcciones. En otros lugares serían un foco de atracción turística, que en lugar de suponer un coste suponga una fuente de ingresos. Aquí dejamos que el tiempo convierta sus piedras ostioneras en polvo.

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