Alcalá-Benalup

Os decía en mi anterior entrada que me he comprado una mini-cámara para grabar las salidas en moto.

Hoy la hemos estrenado un amigo y yo en una ruta de 120 kilómetros que nos ha llevado por la comarca de La Janda.

Siempre se aprende algo, y hoy ha sido que no se puede colocar una cámara cogida a un soporte pegado con cinta americana al morro de una moto y esperar que el vídeo que grabe no tenga vibraciones. La próxima vez la pegaré directamente al casco, a la altura de la barbilla, a ver qué tal.

De todas formas os dejo un resumen de 5 minutos del experimento, aunque el vídeo completo dura casi una hora de las dos que hemos estado rodando. La moto que sale continuamente en cuadro no es la mía, obviamente, sino la Honda Hornet de mi amigo.

Los tramos elegidos para el resumen están rodeados en rojo en el mapa de la ruta.

Atardecer desde el Club de Tenis

La siguiente foto la hice el pasado martes por la tarde, subido a la silla del juez de silla de una de las pistas del Club de Tenis de Puerto Real.

Utilicé el móvil del amigo con el que jugaba, así que no refleja los tonos rojos y naranjas que inundaban la escena.

Hoy he vuelto a jugar. Casi la misma hora y parecidas nuebes bajas en el horizonte. Las mismas que recogen la luz refractada y provocan esos impresionantes atardeceres. Pensaba llevarme la cámara, pero finalmente la olvidé. En su lugar, me llevé una mini-cámara que compré en ebay, con la que he grabado casi media hora de partido.

La mini-cámara la he comprado para grabar las salidas en moto. Pero ya que la tengo, por qué no usarla para observar defectos y mejorar la técnica tenística, aunque no sé yo.

He comprobado que hago un movimiento muy raro con los hombros al sacar. Que tengo un revés muy estético, y un drive que debería alargar y acelerar un poco. Pero lo más curioso fue descubrir que ejecuto otro gesto técnico clavado a cómo lo hace Nadal.

Calendario 2010

Desde hace unos años me hago mis propios calendarios de pared. Un año me regalaron un calendario muy sencillo pero práctico a la vez. Hecho con folios impresos, dejaba mucho hueco en cada día para hacer anotaciones.

Al año siguiente decidí hacérmelo yo mismo. Encontré una aplicación gratuita en la web, TKexe, y me puse manos a la obra. En un rato ya tenía confeccionado un modelo muy similar al original. A partir de entonces he seguido haciéndolos cada año, y ya van 5 ó 6. Además, me encargo de suministrarles calendarios a mi familia cercana, y este año, también a algunos compañeros de trabajo.

Si queréis, vosotros también podéis haceros vuestro calendario personalizado. Es muy fácil.

1º) Imprimir los meses en A4. Mejor a color. Aquí podéis descargaros mi modelo para 2010 en pdf. También os dejo el fichero TKexe por si os bajáis el programa y queréis usarlo de base para modificarlo a vuestro gusto.

2º) Elegir una foto o composición que os guste para la portada. Imprimirla también en A4 y plastificarla.

3º) No es obligatorio pero sí conveniente añadir una contraportada de plástico o cartón.

4º) Encuadernar el conjunto con anillas. Recordad que los meses se encuadernan por la parte superior y la portada por la inferior.

5º) Hacer un agujero en la parte superior de la portada, para poder colgarlo. Yo uso una perforadora de anillas de oficina para que quede perfectamente redondo el agujero.

El resultado es algo parecido a esto. En la versión que he colgado he eliminado el relleno gris de la cabecera, para ahorrar algo de tinta.

Si os gusta, aún estáis a tiempo de fabricaros vuestro propio calendario ;)

No me gusta el fútbol

Entiéndase, no me gusta el fútbol como espectáculo. Sí practicarlo, pero eso es otra historia.

Al decir algo así corro el riesgo de que me toméis por el típico intelectualoide que trata de diferenciarse de la chusma. Nada más lejos de mi intención. Comprendo perfectamente que haya mucha gente a la que le guste el tema. ¿No me ha dado a mí ahora por las motos, que hasta sigo el Mundial de Moto GP?

En realidad, el que nunca me haya interesado quién vaya ganando la Liga ha sido siempre un motivo de vergüenza. Ya me diréis. Soy chico, DEBE gustarme el fútbol. Sólo a las nenas se les permitía no saber dónde jugaba tal o cual futbolista. Ya dije en alguna ocasión que me hice del Cádiz para tener una excusa para no saber cómo había quedado el Madrid o el Barcelona el último domingo.

No solo eso. Esta incultura deportiva me ha supuesto muchas horas de aburrimiento. Mientras mis amigos le daban a la sin hueso discutiendo si fulanito era el entrenador adecuado para el equipo de sus amores, el que suscribe se perdía en las nubes. De vez en cuando intentaba meter baza, con lo que recordaba de las noticias deportivas del telediario... para descubrir que el jugador que yo hacía en el Atlético de Madrid, hacía tres temporadas que militaba en el Tenerife.

Solo hace relativamente poco he podido admitir sin ambajes que no me interesa en absoluto si pasan a la final de la Copa del Rey el Getafe o el Tarragona. Que me la sopla si le dan el balón de oro a Messi, o si Guardiola es un genio modesto o un auténtico gilipollas. Será eso que llaman madurez.

Nicodemo

Nicodemo es un racista. En realidad no se llama así, pero lo mejor es dejarlo en el economato.

Además no es un racista cualquiera; es un racista sólo de negros. Un negrófobo, si esa palabra existe. No se sabe porqué, pero no puede ver a los inmigrantes subsaharianos que viven en su bloque. Ni a los de su bloque ni a los de ningún bloque. Que no los soporta a ninguno, vamos. Cuando pasan por su lado les niega el saludo. En su lugar, les gruñe.

Y ya es raro, porque no he visto personas más educadas que estos tipos altos de tez oscura y dientes blanquísimos, que ya los quisiera para sí la Anne Igartiburu. Siempre sonrientes, te dejan abierta la puerta para que pases y te dan los buenos días. Unos tíos majísimos, por lo menos los de mi pueblo.

Sí, así de duro: Nicodemo es un racista. Lo cual es aún más incomprensible porque Nicodemo es un perro. Y para más inri, negro.