viernes, 25 de noviembre de 2022

Dibujos, agosto a noviembre

Me temo que este año mi producción artística está siendo escasa. De ahí la falta de publicaciones en este blog que languidece, cual llama que se va apagando... ¡Pero aquí seguimos, al pie del teclado!

Este bocetillo en guache lo hice en la libreta Hahnemühle con papel beige, basándome en una foto que hice este verano en mi ya tradicional posado veraniego en la duna de Bolonia. No me incluí yo para no estropear el paisaje.

Este año, para nuestro día artístico veraniego, Totito me propuso ir a dibujar a la Casería de Ossio, en San Fernando. Los de Costas han quitado las casetas de pescadores, y solo han dejado el Bartolo y otro bar que está al lado. Precisamente el Bartolo, que en realidad se llama Cantina de Titi, ha sido el protagonista de mi dibujo. Cuando llegamos un par de pescadores estaban saliendo del agua. Aproveché para hacer la foto de encuadre en ese momento, para poder incluirlos al final en el dibujo. Echamos una mañana de escándalo, como dos turistas sentados bajo la sombrilla, escuchando al Kanka y al Drexler. Qué gran verdad que las mejores cosas de la vida son gratis.

También hay belleza en lo que ya decae, sin duda. El mismo día del dibujo anterior, me fijé en una barca en estado ruinoso varada en la orilla. Tuve que esperar a la hora de irnos para que la luz fuera la adecuada. Le hice una foto y la dibujé en casa, días más tarde. En esta ocasión usé guache y algo de lápiz para los detalles.

A principios de septiembre Totito y yo nos acercamos a El Puerto de Santa María a dibujar un rato. Nos apostamos frente a la ribera del Marisco, junto al puente peatonal que cruza el Guadalete. Rápidamente decidí que el puente y la sombra que proyectaba sobre el río serían el motivo principal. Echamos un ratito entretenido. A mí me dio tiempo a dibujar y entintar. No ha sido hasta un par de semanas después que he podido darle color. Dibujar en la calle tiene sus pros y sus contras, pero en mi caso los primeros compensan a los segundos. En esta ocasión, además del ratito de dibujo, pudimos conocer al "Terror de los cangrejos azules", un curioso pescador que se nos acercó mientras dibujábamos. Todo un personaje.