jueves, 3 de marzo de 2022

Nuevo "estudio"

Llamar "estudio" a una mesa formada por tablero, un par de patas y una cajonera Alex de Ikea es algo pretencioso. Pero para mí, que nunca he tenido un sitio propio para dibujar o pintar, es un sueño hecho realidad. Un sueño que no sé porqué no he cumplido antes, la verdad, porque ni era tan difícil hacer el hueco, ni tan caro comprar el mobiliario. Además, este nuevo espacio de trabajo lo tengo pegado al de mi media naranja, lo cual lo hace más valioso. 

El efecto inmediato que ha tenido su estreno es un aumento de la producción creativa. Algunas de las pinturas de mi anterior entrada ya las hice en mi nuevo espacio. Aquí traigo algunas más. Entre las que hago in situ, y las que hago de cero o termino ahí, me veo acabando mi libreta de sketches en un santiamén. Con el permiso de Putin, claro...


Lunaria y yo nos acercamos a Cádiz a dibujar un rato. Paseamos junto a la playa de Santa María del Mar, desde la que se ve la típica postal de Cádiz: el Campo del Sur. No me pude resistir a bocetearla. Dibujo a lápiz y entintado in situ. El coloreado en acuarela lo terminé en el "estudio". 

El día de Andalucía fuimos a dibujar a la Algaida. Encontramos un banco en sombra, cerca de una pasarela de madera. Ésta salva una de las charcas temporales que se forman en época de lluvia. Iba preparado con mi nueva paleta húmeda casera, que funcionó a las mil maravillas. El guache me aguantó toda la sesión sin problema, y eso que soplaba un poco de levante. Prácticamente lo acabé in situ; solo necesitó unos retoques finales en casa.


Ese mismo día, a la vuelta del ratito de dibujo, nos paramos a tomar algo en un bar cerca del Paseo Marítimo de Puerto Real. El día estaba espléndido, así que le hice una foto a las palmeras a contraluz, mecidas por el ligero levante. Unos días más tarde la plasmé con guache en este boceto, del que he acabado muy contento. Por cierto, lo he pintado con los restos del guache del cuadro anterior, conservados en la paleta húmeda, guardada en el frigorífico dentro una bolsa de congelación. ¡Vaya invento!



Más dibujitos

Un boceto no siempre tiene la vocación de convertirse en cuadro. A veces es solo un apunte, una obra sin más aspiraciones que haber servido para practicar y pasar un buen rato.

Para mi cuadro anterior, Luisita, sí que hice un boceto previo, que fue el que pasé a Mario, el siguiente en la cadena. Podría haberle pasado la foto que iba a usar de referencia. Pero el boceto me sirvió para practicar, y para modificar algo la composición. Tardé unos 40 minutos en hacerlo, con guache.


Este estiloso vehículo estaba aparcado junto al Hotel Las Canteras, al que me había acercado a tomar un café con Totito. Foto al canto y dibujito en casa en acuarela. Lleva algo de tinta para el vehículo, y lápiz de color para el acerado.


Este año, por Reyes, quise regalarle a mi hermana un dibujito de su gatita. No tenía fotos de referencia. Solo pude usar la que tiene como perfil de whatsapp. Una foto de baja resolución hecha con poca luz. Así que me tuve que inventar todos los detalles. Aún así quedó un dibujillo simpático, que sobre todo le gustó mucho a mi hermana. Así que ¡éxito!


Los Piratenis y familia hicimos una excursión al Río de la Miel, en Algeciras. En el camino cruzamos este puente de estilo medieval. Una foto que hice desde abajo, a contraluz, me sirvió de referencia para este boceto en acuarela y guache. Dejé el cielo con el blanco del papel, y creo que es lo más acertado del boceto, junto con las plantas del primer plano. Gracias a esa combinación, el conjunto me quedó con bastante profundidad. Probablemente, uno de mis mejores bocetos hasta la fecha.



Uno de mis primeros bocetos callejeros, en julio de 2018, tuvo como protagonista la Prioral de San Sebastián. En aquella ocasión lo que dibujé de ella es lo que se ve desde la cercana plaza de la Iglesia. Es justo ese punto el que sirve ahora de punto de vista: la escalera junto al Señor Chiquito, una vitrina con una figura de Cristo de pequeño tamaño. Esta vez he trabajado en casa, a partir de una foto que tomé al atardecer. Usé un gran angular, de ahí la distorsión de las verticales, que resulta en una perspectiva a tres puntos de fuga. El dibujo es a tinta y acuarela. El foco del dibujo debía ser la parte de la fachada de la iglesia iluminada por el sol de la tarde. No estoy seguro de haberlo conseguido, pero me lo pasé muy bien dibujándolo.