martes, 19 de agosto de 2014
Al filo de la navaja
Acuarela, rotuladores y lápices pastel sobre papel
20 × 20 cm
Si atendemos a lo que nos han dicho los expertos, el ser humano empezó a dibujar con fines mágicos. Las piezas garabateadas en las paredes de las cuevas eran una forma de propiciar la caza, o parte de algún rito de tipo religioso. Algo de mágico tiene representar en dos dimensiones objetos y escenarios que en realidad tienen tres.
Alguna vez me he parado a pensar porqué me gusta tanto dibujar. Una vez bromeé sobre ello en una viñeta, que casi podríamos decir que se ha hecho realidad si cambiamos el papelero por el marquetero. El otro día fui a recoger la última acuarela, que mi mujer ha querido enmarcar para la entrada, y el buen hombre es mi mayor fan. Imagino que por el negocio que le estoy dando a ganar últimamente.
No sé porqué me gusta tanto dibujar. Pero lo cierto es que me encanta. Y como decía en los comentarios de la anterior entrada, en el fondo da igual si lo hago mal o bien. Entre otras cosas dibujando consigo evadirme un rato de mis demonios interiores. Algo de mágico tiene, al fin y al cabo.
Etiquetas:
dibujos
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Muy buena la frase y ese dibujo que la acompaña me parece también muy bueno. Enhorabuena.
ResponderEliminar:)
Muchas gracias, Mery.
EliminarAlgo de mágico es decir poco :) Conozco esa sensación.
ResponderEliminarGracias por pasarte por aquí.
ResponderEliminarNo las merezco. Lo hago por puro egoísmo. Gracias a ti por compartir y meterme en el cuerpo el gusanillo del dibujo.
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