Si trabajas para una empresa, o eres el dueño o tienes un jefe. Eso si no tienes la mala suerte de caer en una de esas con estructura matricial, o incluso matricial tridimensional, en las que te caen dos, tres o más jefes según las funciones. ¿Cómo lidiar con esos especimenes laborales llamados jefes? La cosa no es sencilla, porque aunque todos parezcan iguales, lo cierto es que la tipología es interminable.
Me he documentado un poco, y vía Frikipedia he encontrado las siguientes clasificaciones:
Por su ascensión
Ascensión digital: O sea, de dedo, designado desde arriba.
Ascensión genealógica: Está de jefe por que lo puso su puñetero padre.
ER TREPA: Clásico entre los clásicos, básicamente trepa agarrándose donde sea. Su arma más poderosa es el cepillo. (No vamos a entrar en chistes fáciles)
Ascensión meritoria: No suele ser muy común, y no dura demasiado.
Clasificación india
Jefe Inca: Pasa todo el día en la oficina. Desde que llega a las 8 hasta que se va por la tarde, se pasa el día INCA-ndotela.
Jefe Maya: Entra a las 8 de la mañana y sale a las 9. Cuando llega media hora antes de cerrar, preguntan: "¿MAYA-mado alguien?".
Jefe Azteca: Entra y sale de la oficina, generalmente para decirle a sus subalternos "AZTECA-rgo de esto, AZTECA-rgo de lo otro".
Jefe Alapajoe: Desaparece toda la semana del trabajo, para llegar el viernes a las 3 de la tarde y soltar alegremente: "ALAPAJOE (Ahora pá joder) reunión a las 5).
Clasificación animal
Jefe León: Ruge, le da por detrás a todo el mundo, pero nunca hace nada.
Jefe Avestruz: Ante los problemas, mete la cabeza en la tierra a la espera que todo pase.
Jefe Dinosaurio: Básicamente genera ingentes cantidades de mierda.
Yo tengo mi propia clasificación, basada en la experiencia de 10 años y 8 jefes (directos, más los indirectos).
Jefe autoritario: Te deja claro desde el principio quién manda. Sus decisiones no son discutibles. Son dogmas de fe. Con él sólo funciona el “sí bwana”. Mejor pasar de él o te amarga la existencia.
Jefe coleguilla: Totalmente opuesto al anterior, trata de convencerte de que es tu amigo del alma. Como pone demasiado esfuerzo en ello, no sabes si creértelo o es que te quiere comer el coco para que trabajes más (o algo peor). Desconfía.
Jefe pasota: “No me cuentes penas, cuentame alegrías” podría ser su leif motive. No hace nada por ti, ni te ayuda cuando te hace falta, pero tampoco da por saco. Probablemente el mejor tipo de jefe. Procura conservarlo.
Jefe implicado:Le gusta tanto su trabajo que quiere estar al tanto de todos los detalles, con lo que no te deja respirar. Termina haciendo él el mismo trabajo que tú, con lo que terminas preguntándote porqué el cobra más si hace las mismas cosas. Naturalmente eso significa que el trabajo de jefe, sea el que sea, se deja sin hacer. Aquí no hay solución. Mejor cambiar de empresa.
Espero haber sido de ayuda. La Guarida ha cumplido de nuevo con su función social.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZ8WGIxl7OqhcU_peWC961XNUnj2DufYbaI9rHB4IZz4D95kP6qG3XqIQGhcfy9GNtjGj0eB9nTG5J8bv4PSQWX_nNFhjSEsR6QFh771y3t-6NU2FVi9Iy9A7xWYrild1cI_CK/s200/antunez470.jpg)
Pero bueno, ¿todavía aquí, leyendo tonterías cuando tendríais que estar trabajando? ¡A LA PUTA CALLE!