Dicho y hecho. El domingo tiramos para Jerez de la Frontera
Lunaria,
Mizerable y un servidor. Lamentablemente al final
illeR no pudo bajar. La idea era dar una vuelta por el Salón Manga de Jerez de la Frontera, que tenía lugar este pasado fin de semana.
Nos fuimos tempranito, y a las 11:15 ya estábamos allí. Estuvimos paseando y curioseando un par de horas, sobre todo en la zona de tiendas. Hay que reconocer que la gente de
Otaku-shin se lo curra, porque organizar el evento y tener actividades para tener al personal entretenido tres días tiene mérito. Había múltiples stands con talleres de dibujo, juegos, combates de pega, etc. Todo un poco cutrecillo, pero tampoco hace falta más para echar un buen rato, supongo.
Le pedí a Lunaria que echara unas cuantas fotos para poder escribir esta anotación.
Una de las actividades era el
soft-combat, o combate simulado con armas de pega. Aquí un grandullón se aprovecha de un pobre impúber.
También había combates al estilo guerrero americano. Pillamos a un par de maduritos en plena faena.
En general poca gente. Mucha menos de la que esperaba. La poca que había se concentraba en la zona de tiendas. Los productos estrella eran los muñequitos. Poco cómic manga y alguna que otra camiseta. Yo me compré una de
Bender (que no es manga pero mola) y otra de
Mazinger Z.
A medida que avanzaba el día iban apareciendo más cosplayers, que es como se llama a la gente que se disfraza y actúa como sus personajes favoritos. Algunos disfraces eran algo cutres, y otros muy currados.
La parte más simpática y sinvergüenza (literalmente) estaba en el escenario de baile, en el concurso de parapara. Se trata de un estilo de baile en la que predominan los movimientos de los brazos. Aquí Lunaria hizo un vídeo de un trío compuesto de una chica que bailaba muy bien y otros dos que... Bueno, y otros dos.
De lo que me había llevado allí, el dibujo, nada de nada. El stand de la asociación de dibujo estaba dando un taller de muñequitos de fieltro, y en ninguna tienda vendían material de dibujo. Un chasco.
En definitiva, una experiencia curiosa, pero que no creo que repita, porque está muy enfocada a los verdaderos aficionados del manga y la cultura japonesa.