Él no había querido decir eso. Ella sabía que en realidad tampoco tenía tanta importancia. Pero sin saber cómo, ambos se habían metido en ese callejón sin salida llamado orgullo.
Podría haber sido una tarde de lo más agradable. Pero ahora se había estropeado irremediablemente por otra absurda pelea de novios.
Preciosa entrada. Si se me permite parafrasear el famoso dicho, una ocasión única para decir: Perdóname, es que hoy me he levantado con un humor de "dragones" ;)
ResponderEliminarGracias. Hice otra foto más cerca a uno de ellos, y la sombra de la cola es totalmente en dientes de sierra, como uno esperaría que fuera la de un dragón. Creo que incluso en esta foto se aprecia un poco.
ResponderEliminarPor un momento pensaba que hablabas de tí mismo!!!! ¿O también???? jajajaja
ResponderEliminarUna estupenda pareja de ejemplares.
Saludos
Que va... era por acompañar la imagen, que me pareció curiosa.
ResponderEliminarPrecisamente hoy hace ocho años que Lunaria y yo dejamos de ser novios, je, je.
Buenas:
ResponderEliminarPoética entrada, sin duda. Me recuerda al Félix Rodríguez de la Fuente más inspirado en sus comentarios ;)
Un saludo.