domingo, 18 de mayo de 2014

Nuevas experiencias

Llevo desaparecido de esta página más de dos meses. No recuerdo una ausencia tan prolongada. Ha sido forzado por las circunstancias. Os cuento.

Hace eso, un par de meses, un compañero de trabajo me propuso al IAAP (1) como docente de una acción formativa que le habían ofrecido pero que no podía aceptar por cuestión de agenda. Acepté porque el tema me gustaba, sin saber muy bien en qué lío me estaba metiendo. Resultó ser un curso de 40 horas a repartir entre otra chica y yo. Pronto empezaron las dificultades. El material lo teníamos que preparar nosotros desde cero en un plazo muy corto. Además, como condición sine qua non debíamos participar antes como alumnos en un curso de otras 40 horas sobre Habilidades Docentes. Este es una especie de curso de formación de formadores ampliado. Además de las sesiones presenciales, el curso te obliga a trabajar un buen motón de actividades en casa. Buena parte del mismo se dedica a las técnicas inductivas y participativas, algo nuevo para mí.

Total, que entre el trabajo, la preparación del curso que me habían encargado y el seguimiento del que tenía que hacer por obligación, no he tenido casi vida propia. El pasado lunes fue la última sesión de nuestro curso, en la que hicimos la prueba de evaluación y el cierre. Y aunque el esfuerzo ha sido grande, más aún ha sido la recompensa. Creo que me he enganchado a esto de la formación de adutos. Ver cómo gente con hasta 25 años de experiencia aprende cosas nuevas, se involucra, participa, se divierte y se contagia de tu entusiasmo, no tiene precio. He descubierto que, con preparación, un curso con jornadas de 7 horas puede no hacerse pesado. Que enseñando se aprende; mucho. Y que cuando uno habla desde el corazón y la experiencia, es más fácil transmitir y convencer.

Por otro lado, un amigo me convenció para participar en un certamen de pintura urbana. Tan imbuido estaba del espíritu docente, que practicando con los sprays en un campo de fútbol abandonado me dio un arrebato y estampé la siguiente frase en la parte del muro más cercana a la carretera.


El certamen tuvo lugar el domingo pasado. Fueron más de 8 horas seguidas pintando un contenedor, de las cuales, 6 fueron a pleno sol. Nos lo pasamos pipa. Además de pintar, yo llevaba preparada una performance, con bailes incluidos. Disfruté mucho, e incluso conseguí animar a bailar a un antiguo maestro de escuela y a una concejala. El resultado del experimento grafitero no estuvo mal del todo. Pienso repetir.


Para cerrar el círculo, os comento una anécdota. Como preparación del curso, estuve ojeando diversos vídeos por internet. Uno de ellos, que finalmente descarté, es el de un famoso ensayo y posterior canción conocido resumidamente como Sunscreen (protector solar). En él, se dan consejos a la juventud sobre la vida. El único demostrado científicamente es que usar protector solar es beneficioso. El resto provienen de la "errática experiencia" de la ensayista. Durante el certamen hice buena parte de lo que recomienda el ensayo: hacer cosas arriesgadas, vivir el momento, bailar... Pero se me olvidó el protector solar. Consecuencia: una insolación de órdago.

(1) Instituto Andaluz de Administraciones Públicas

Actualización 20/05/14
Hoy han colocado el contenedor en su ubicación definitiva. Esto de que nuestra obra forme parte del paisaje urbano mola un montón. Esperemos que dure mucho.