viernes, 30 de mayo de 2008

Terror en el parque

Unos patos del Parque se comen a las crías y horrorizan a los niños
Varios machos mataron y engulleron a tres patitos en la cascada


“Terrible y dantesco”. Esos son los adjetivos que la Asociación Gaditana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Agaden), emplea para calificar el triste episodio ocurrido hace una semana en el Parque Genovés. Los hechos sucedieron cuando una camada de patitos era soltada en la recientemente inaugurada cascada del Parque. Fue entonces cuando los ejemplares machos, en una práctica habitual en estas especies para que las hembras entren en celo, comenzaron a comerse los pequeños ejemplares ante “el horror de los niños que estaban allí con sus padres en pleno Parque”, explica Vanesa Ribera, de Agaden.

Esta noticia ha aparecido hoy en primera plana en el periódico gratuíto VIVA CÁDIZ. La versión digital de la noticia la podéis encontrar aquí.
El hecho en sí puede ser desagradable, sobre todo para los pobres críos que andaban por allí en el momento de los hechos, pero la verdad es que la noticia, en el modo en el que está presentada, me ha dado bastante risa. Hasta la foto la han puesto en blanco y negro, para darle dramatismo, je, je. Por otra parte, "dantesco" no es un adjetivo apropiado para un tema de patos, por muy macabro que sea. Está claro que ni el periodista ni los de la asociación esa han leído La Divina Comedia. Si el pobre Dante levantara la cabeza...
Eso sí, comentando el tema con Ampharou me ha venido a la cabeza un paralelismo del asunto en cuestión con la serie que me está entreteniendo últimamente, Dexter. Está claro que los patos machos tuvieron que ser testigos de hechos similares cuando eran patitos, y así claro, se convirtieron automáticamente en psicópatas asesinos. Como no tenían a un pato Harry que les enseñara un código, en lugar de en Dexters que eliminasen sólo a los patos malvados, pasaron a ser Brians (Rudys) de la vida. Claro que no tenían una cámara frigorífica para congelar los cuerpos y se los tuvieron que comer. Lo que no me queda claro es quién es Deb en esta historia.
Una de las cosas que me hizo engancharme a la serie fue la agradable sorpresa de reencontrarme con Michael C. Hall, el hermano homosexual en "A dos metros bajo tierra", serie de la que ya os hablé en su día.


Si alguien está interesado, os dejo la cabecera (sin títulos), realizada por DigitalKitchen, con la pegadiza música de Rolfe Kent y un enlace para ver de estranglis al amigo Dexter haciendo de las suyas.



http://www.seriesyonkis.com/serie/dexter/

sábado, 24 de mayo de 2008

Ultimate, play the game

Cada vez que escucho la palabra inglesa "ultimate" (final, máximo), suelto "play the game" (juega el juego). La culpa la tiene una compañía de software de los tiempos del Spectrum. De aquellos tíos eran juegos como el Knigh Lore, el primero que ví siendo crío, o el Gunfright, uno de los que mejores ratos me dió con aquellos gloriosos 48 kb.
A partir de ahora ultimate va a significar también otra cosa para mí. El otro día el sport billy que llevo dentro aceptó la oferta de mi amigo Lolo de acudir a un partidillo de entrenamiento de ultimate, también llamado ultimate frisbee porque se juega con un disco. Uno menos, ya sólo me falta el polo sobre elefante y alguno más de esos raros por probar.
Sé lo que estáis pensando. Un deporte en el que haya por medio un disco volador es de mariquitas. Pues un poco sí, la verdad, pero también es muy divertido y rápido. Es parecido al rugby, en el sentido de que son dos equipos que tratan de llegar a base de pases a una zona de gol en el extremo del terreno de juego, sólo que no está permitido el contacto físico, que no se puede correr con el disco y que los pases se pueden dar también hacia delante.
Una de las cosas que más me atrae de este juego es el fair play que lo inspira. Al parecer ni siquiera en las competiciones oficiales (que haberlas haylas) se juega con árbitros. Algo impensable en casi ningún deporte hoy día.
Pienso repetir. Además, como debe haber cuatro gatos jugando a ésto quizás tenga aún posibilidad de llegar a la élite de algún deporte. Puede ser mi última(te) oportunidad. XD
Os dejo un video de demostración, para que os quede más claro de qué va esto.



Para saber más:
Ultimate en la wikipedia (traducción algo mala, aviso)
Federación Española de Disco Volador

lunes, 19 de mayo de 2008

El gorrión y la moto

Un gorrión natural de Bilbao vuela velozmente por una carretera.
En esto que pasa un motorista y le da una hostia que te cagas sin querer con el casco.
El motorista se da la vuelta y tras ver que el pájaro aún respira, se compadece y lo lleva a casa. Lo mete en una jaula aún inconsciente y le coloca un poco de agua y un poquito de pan.
El tío se marcha a currar y lo deja allí inconsciente.
El gorrión comienza a volver en sí y medio atontado mira a su alrededor... ve el pan, ve el agua, ve que está rodeado de barrotes... se lleva las alas a la cabeza y grita:

¡¡¡CAGOENLAHOSTIA!!! ¡¡¡QUE ME HE CARGAO AR DE LA MOTO!!!



PD: Gracias a Migue por enviarme este chiste tiempo ha.

domingo, 11 de mayo de 2008

Si pensamos en las motos todo irá sobre ruedas

El título de esta entrada es el lema de la nueva campaña de la DGT, que estará en los medios hasta septiembre. La nueva realidad en la carretera, con 5 millones de conductores de vehículos de dos ruedas, entre ciclomotores y motocicletas, está cambiando las prioridades a la hora de atacar la siniestrabilidad. Esta semana hemos empezado a ver en la tele los spots.
El primero, relacionado con los accidentes en vías urbanas, nos muestra a un enlatado que se lamenta de haber cambiado de carril sin notar la presencia de un motorista. He de decir que aquí la han clavado, porque más de una vez he estado a pique de un repique por culpa de conductores de turismos que o bien no me han visto o bien les ha dado igual mi presencia a la hora de cambiar de carril.



El segundo, enfocado en los accidentes en vías interurbanas, lo protagoniza un motero que pierde a su pareja por salirse de la vía en una curva. La combinación de velocidad inadecuada y falta de experiencia es la responsable de la mayor parte de los accidentes en este tipo de vía.



También describen el perfil medio del motorista accidentado. De 30 a 35 años, con moto de gran cilindrada y menos de dos años de carné A. Vamos, que un poco más y ponen una foto mía.
En este caso la DGT ha optado por unos anuncios bastante más "light" que otras campañas anteriores, aunque recordando la realidad del más de medilo millar de motoristas muertos del año pasado. Un aspecto a destacar es el énfasis sobre los accidentes provocados por otros vehículos, ya que más de la mitad de los accidentes de motos no son culpa del motorista. No sólo se trata de concienciar al motero de su fragilidad, sino también al resto de usuarios de la vía. Este es un cambio de enfoque a agradecer. A ver si sigue la racha y atacan también el tema de los guardarraíles.

Ahora sólo hace falta que todos pongamos nuestra parte para reducir en lo posible el trágico goteo de muertes de cada semana.
Para más información, os dejo el enlace de la campaña.

http://www.clicknaranja.com/nopodemosconducirporti/

domingo, 4 de mayo de 2008

Avería en la central

El ingeniero de guardia en la sala de control volvió a chequear los indicadores de temperatura en el núcleo. El sistema automático de control que regulaba las barras de cadmio no estaba haciendo bien su función. No había duda, había que apagar el reactor antes de que fuera demasiado tarde. Si lo hacía sin motivo podía perder su empleo, pero si no lo hacía y el reactor explotaba morirían todos los que estuviesen a varios kilómetros a la redonda.
Después de pensar sus opciones unos segundos, abrió el protector del botón de parada de emergencia y lo pulsó con decisión. Inexplicablemente no sucedió nada. No puede ser, pensó, no hay nada de software en este circuito, es puro hardware hasta el actuador de las barras. Volvió a pulsar la “seta”, pero nada.
- Evacuen la central, peligro de fisión incontrolada – anunció por el interfono.
Mierda de circuito de seguridad, pensó. Sería irónico que una central de miles de millones se fuera al garete por un cable suelto. Abrió su taquilla y de ahí sacó algunas herramientas.
Empezó por lo obvio: el botón. Dos tornillos y ya estaba fuera. Aplicó los terminales del polímetro a los bornes de salida y pulsó. Piiiii. Esto no es. Las alarmas vinieron a darle la razón a su decisión de parar el reactor. Me quedan 10 minutos, se dijo.
Lo siguiente a chequear era la alimentación del control. Abrió la puerta metálica del armario y encontró en un minuto el transformador. 12’6 voltios. Joder, esto tampoco es. Tendría que bajar a la sala del actuador.
Bajó corriendo las escaleras y entró en una sala llena de armarios y grupos de moto-reductores. Bajo ellos se encontraba el núcleo, a punto de explotar. Recordó que entre el botón de emergencia y el contactor principal había un pequeño circuito impreso con un relé de seguridad. Abrió el armario en cuestión y allí estaba.
No hacía falta ver los indicadores de temperatura ahora. La sala estaba ya a más de 45º y casi podía sentir el calor del suelo a través de los zapatos de seguridad. Tenía menos de 5 minutos antes de ser historia.
De repente, la luz. Una de las pistas de salida del relé parecía comida por la humedad. Aplicó el polímetro y no sonó la continuidad. ¡Esto es! Febril, cortó un trozo de cable del teléfono de la sala y lo soldó a los dos terminales que unía la pista, puenteándola.
Subió los escalones de tres en tres y pulsó de nuevo el botón...

“MEEEEEEEEC”. La puerta se abrió. Este es el sonido de la victoria, se dijo. Tan contento estaba que hasta le hizo una foto con el móvil a la chapuza realizada. Miró la cámara, recordó su vida anterior y toda la alegría se esfumó.
El antiguo ingeniero reconvertido en burócrata volvió a colocar el circuito en la carcasa, cerró el portero automático y entró en su casa.