martes, 28 de diciembre de 2010

Berza de tagarninas y cardillos

Para energizar este blog nada mejor que una entrada potente y con fundamento. Esta vez, y sin que sirva de precedente, vamos a tratar un tema de gran calado y profundidad: los potajes.

Porque sí amigos, las personas nos dividimos entre los que son de tenedor y los que son de cuchara. Yo soy de estos últimos. Y de entre todos los platos de cuchara, el potaje es el rey.

Hoy os traigo mi potaje favorito: la berza de tagarninas y cardillos. De pequeño me conformaba con unas simples habichuelas con arroz y chorizo, pero con la edad he refinado mis gustos :)

La receta es tan sencilla como rica, rica:

Ingredientes:
Garbanzos y habichuelas remojados desde el día anterior, cardillos, tagarninas, 1 cabeza de ajos entera, 2 dientes de ajo, 3 cucharadas de pimentón, 1/2 vaso de aceite de oliva, 1/4 kg de papada o panceta, 1/4 kg de carne de cerdo, 1 chorizo, 1 trozo de morcilla, 3 granos de pimienta y sal.

Elaboración:
- Poner en la olla los garbanzos, las habichuelas, los cardillos y tagarninas cortados a trozos y la "pringá" (que es como se denomina a la carne, el chorizo, la morcilla y la panceta). Añadir la cabeza de ajos, el aceite y el pimentón. Cubrir con agua.
- Cocer una hora en olla exprés.
- Aparte majar los dos dientes de ajo con la pimienta y la sal. Añadirlo a la cocción y dejar otros quince minutos más.
- Luego hay que dejarla reposar un rato y recalentar.

NOTA: Esta receta vale para otras berzas, a excepción de las coles, que además en el majado lleva un poco de comino.

Hoy la hemos comido en casa de mis padres. Mientras os escribo, la digiero, je, je.



Si aún no sabéis qué poner en vuestra mesa durante estas fiestas, una opción al sequerón del pavo es esta joya de la cocina andaluza.

sábado, 25 de diciembre de 2010

La edad de oro de las series

Como todo internauta que se precie, he seguido con interés el debate sobre la Ley “Sinde”. No entraré aquí a argumentar a favor o en contra, que bastante se ha hecho desde ambos lados del frente, cada cual con sus razones. Pero quería aprovechar para decirle a la industria musical y cinematográfica española que por mi parte pueden estar tranquilos: con o sin ley, no me pienso descargar nada producido por ellos. A mí lo que me gustan son las series americanas y británicas.
Hace poco descubrí un blog sobre ellas. Lo recomiendo vivamente. Su título, aunque algo fuerte, es bastante significativo: El cine ha muerto. Ciertamente al cine le queda mucha vida, o al menos eso espero; pero en los últimos años ha coincidido una bajada de calidad generalizada en las salas de cine con lo que yo creo que es la edad de oro de las series. Tanto por presupuesto como por calidad interpretativa, la producción para televisión se ha ido acercando al séptimo arte hasta hacerla indistinguible de éste. Algunos capítulos de The Sopranos rivalizarían con Muerte entre las flores. Además, como vehículo expresivo las series tienen una enorme ventaja: la mayor duración permite describir evoluciones en los personajes que en el cine solo se pueden sugerir.


Un ejemplo claro está en Breaking Bad. Aunque HBO es aún mi productora de cabecera, con esta serie AMC ha ganado definitivamente mi estima, que comenzó con Mad Men. En Breaking Bad podemos asistir asombrados a la metamorfosis del decente padre, marido y profesor de instituto Walter White en el peligroso capo de la droga “Heisenberg”. ¿Una ida de olla? Pasen y vean. Actualmente estoy visionando la tercera temporada, la última hasta ahora. Los dos últimos capítulos de la segunda temporada me dejaron casi tan devastado como el final de la cuarta de Dexter, no digo más.
Spoiler ahead. Y es que nuestro psicópata favorito remontó una cuarta temporada bastante flojita con uno de los season finale que hacen historia. Uno está viendo la serie creyéndose el más listo del barrio, aburrido por un argumento repetido y predecible, y en los últimos 30 segundos del último capítulo de la temporada hacen que el mundo (tu mundo, porque tú eres en ese momento Dexter) se desmorone por completo. Tengo que ver la quinta, ya emitida en su totalidad. Me pica mucho la curiosidad saber cómo han remontado los guionistas ese clímax.
Decía antes que HBO es mi productora de cabecera. Con decir The Sopranos, Band of Brothers o Six Feet Under debería bastar. Pero es que hace unos meses Ampharou me recomendó The Wire. Las cinco temporadas de las que consta y que devoré en tiempo record son una auténtica obra maestra, a mitad de camino entre la ficción de entretenimiento y la denuncia social. Y con personajes para la historia, como Stringer Bell, Bubbles, Omar Little o McNulty, por decir solo algunos.
Dejo para el final una serie que me ha gustado menos. Se trata de Sherlock, de la BBC, una actualización del personaje de Sir Conan Doyle en la época actual. Habrá que esperar próximas temporadas, pero la primera (de tan solo tres episodios) me ha dejado bastante frío. Ni es creíble, ni ha conseguido que me encariñe con los personajes.
Cerrando el círculo. Antes de escribir este artículo he hecho la prueba de intentar adquirir un capítulo de la tercera temporada de Breaking Bad. No lo he conseguido. Ni por iTunes ni en Amazon, en ambos casos por no estar radicado en Estados Unidos. Esperemos que, haya o no haya finalmente Ley “Sinde”, sea de gratis total o pasando por caja, sigamos teniendo acceso desde nuestro país a estas joyas de la cultura occidental.


miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mi primer HDR

Cuando tomamos una foto, elegimos la exposición en función de la luz que refleja la escena que queremos tomar. Generalmente se toma un valor medio, de tal forma que las zonas menos iluminadas quedan en sombra y las más iluminadas "se queman".
Por Alto Rango Dinámico, o HDR (High Dinamic Range) se conoce un conjunto de técnicas que permiten cubrir un mayor rango de niveles de iluminación en una misma escena. De esta forma se pueden conseguir fotografías más "realistas" y espectaculares. Por realistas entiéndase más cercanas a lo que nuestro ojo percibe.
La técnica más común consiste en tomar varias fotos, con distintos niveles de exposición, y luego combinarlas con un software adecuado. El más extendido es Photomatix, pero la última versión de Photoshop, la CS5, incorpora un módulo que hace las mismas funciones.
La que sigue es mi primera fotografía tratada para HDR. Las tomas las hice a la prisa y corriendo cerca de casa: la idea se me ocurrió al contemplar el atardecer y esos naranjas no esperan.


Y a continuación la versión "sin farola", aprovechando la increíble función de "Relleno según el contenido" que trae el CS5.

jueves, 9 de diciembre de 2010

jueves, 2 de diciembre de 2010

Letras caribeñas

El eminente estudioso de los ritmos latinos Ernesto Fidel Malatéstez, ha publicado recientemente una tesis de gran extensión y profundidad sobre las letras de las salsas y bachatas.

Como siempre les animamos a que lean el texto completo, cuyas 1.525 páginas no se hacen en absolutos pesadas. Reseñaremos aquí no obstante la parte más jugosa del texto.

Ernesto Fidel hace un anális exhaustivo de más de 500 canciones de distintos ritmos latinos. La conclusión más importante a la que llega es que aunque la temática suele ser el amor y el desamor, el resultado final suele ser de una comicidad que envidiarían los Monty Python. Sin ser el objetivo del letrista, muchas canciones arrancan más de una carcajada si se escuchan con atención.

Veamos algún ejemplo. Aventura es un grupo dominicano especializado en bachatas. A pesar de su look agresivo, sus canciones son de lo más almibarado. La siguiente estrofa pertenece al tema “La boda”. En ella, el enamorado recrimina a su amada que se case con otro. Trata de convencerla con el recuerdo:

Y esas madrugadas que escalé por tu ventana
tu perrito me ladraba, y tu padre levantaba
no contaban con mi astucia, nunca, nunca me agarraban
tu madre buscando el ruido y yo debajo de tu cama.
Cómo olvidar ese colegio
donde estudie tu cuerpo
en el baño, piso cuatro
todos los días dos y cuarto.

Ni Garcilaso. Con referencias al Chapulín Colorado incluidas. Impresionante.

El autor de la tesis achaca al propio ritmo musical parte de la responsabilidad. Y pone ejemplos. La canción “Y apago la luz”, original del cantante granadino Miguel Gallardo, nació como balada romántica. Si despierta la risa en todo caso es por el look y la sobreactuación del cantante andaluz. En ella el amante llora la ausencia de su amada, mientras a la vez justifica sus infidelidades. Pero cuando se transforma en salsa, como en esta versión de Hildemaro la cosa cambia.




Si no prestas atención, puedes bailarla. Como la escuches, te será imposible, porque te tienes que tirar al suelo con estrofas como ésta:

Nadie como tú sueña entre mis brazos
y muere despacio al sentir mis manos
Nadie como tú desnuda mi cama
se entrega y me ama cuando nos amamos
Pero estas tan lejos y mi fuerza es poca
y el deseo me llama, la noche me llama
a entregarme a otra. (Tócate, Federico)

Este efecto causado por el ritmo sabrosón ya lo utilizó Emilio Aragón en su clásico Sketch “Menos samba e mais traballar”.



Paramos aquí, animándoles de nuevo a adquirir un libro imprescindible en la estantería de todo melómano que se precie.