jueves, 30 de marzo de 2006

Tic@

Llevaba unas semanas notando que su comportamiento era muy raro. Hace tiempo que sé que está por mí, pero es que últimamente tenía conmigo casi obsesión. Por si fuera poco, estaba lo de los movimientos, claramente insinuantes, que hacía cada vez que le rozaba. Como si mi sola presencia bastara para que se excitara.
Ayer me lo confirmó de la manera más obvia posible: dándome el fruto de su amor.


Naturalmente, ahora no sé si seguir llamándole Tico, o pasar a Tica. Claro que Tica suena regular. Por otro lado ¿no hay María Josés que se hacen llamar Jose? ¿Qué opináis vosotros?
Luego está el "fruto". Vaya dilema: ¿lo guardo como recuerdo o me lo como en tortilla?

martes, 28 de marzo de 2006

Mi querido blog

Que me place hoy romper una de esas reglas auto impuestas: hablar de este blog (atención, de este blog, si alguien extrapola lo que aquí se dice a su caso, allá él y sus circunstancias). Intentaré que me guíe un espíritu autocrítico y no la autocomplaciencia de la que hablaba Beaumont.
¿Por qué ahora? No cumple un año, aún me quedan algunos meses. El motivo es la lectura del artículo de Zifra: 9 motivos para dejar de tener un blog. Me ha dado que pensar, y me ha hecho volver un poco la vista atrás.
El primer motivo que aporta Zifra para no tener un blog es que no tienes libertad de expresión. Tiene su parte de razón. Mi página la conocen todas las personas de mi entorno cercano. Lo último que querría es que algo que yo escriba les moleste o haga daño. Autocensura al fin y al cabo (y es la tercera vez que escribo algo que empieza por auto hoy). Las personas somos muy susceptibles, y la palabra escrita puede ser interpretada de mil formas. Que me lo digan a mí. También es cierto que es el precio que hay que correr si se quiere decir algo, siendo uno mismo. La alternativa es callar para siempre, o esconderse.
Eso me lleva al tema del anonimato. Aquí yo he tomado el camino de en medio. Ni he puesto mi nombre en ningún sitio, pero tampoco me he escondido llegado el caso. De hecho, los que visitáis de manera regular la página me conocéis, bien en persona, bien por fotos, o al menos hemos cruzado correos, siempre con mi nombre real. Nuestros artículos y comentarios son como una conversación entre amigos, pero una conversación pública. Cualquiera puede visitar los blogs y sacar mucha información personal.
No sigo con el resto de puntos. Os remito al artículo mencionado y a su origen, 9 motivos para tener un blog, de Jordi Abad. Miren, comparen, opinen.
Decía que me ha hecho volver la vista atrás. ¿Cuál era mi motivación para iniciar este hobby?
“En cuanto al porqué de publicar una página personal, se me ocurren varias excusas válidas. Aburrimiento, compartir pensamientos y experiencias..., pero me temo, como le dije a mi amigo Totito, que no es más que algún tipo de exhibicionismo. Que lo disfruten vuestras mercedes.”
Más claro, agua. Si me quejo es por vicio. Si alguien se interesa por la información personal que destila esta página, tendría que estar agradecido por la atención mostrada.
Aclarado esto, al menos por ahora, queda el tema de qué colgar en este espacio. Siendo franco conmigo mismo, hasta ahora mi relación con el blog ha sido la infructuosa búsqueda del artículo perfecto. Uno del que pudiera sentirme tan satisfecho que quisiera dejarlo publicado algún tiempo, que me diera pena que desapareciera bajo uno inferior. Sigo buscándolo. Os contaré algo. Como habréis visto, tengo instalada una utilidad estadística. El otro día me dio por chequearla. Resulta que el día de más visitas so far es uno en que colgué una foto de mi espalda quemada por el sol (!). Sacad vuestras propias conclusiones.
Puestos a analizar, podría clasificar los artículos en las siguientes categorías:
1. Copy-paste: canciones, artículos ajenos, etc.
2. Personales
3. De opinión
4. Producción propia: cuentos, cuadros, etc.
Cuanto más abajo en la clasificación, mayor dificultad en la elaboración. Consecuencia: menor número de artículos, también menor calidad. El balance general es bastante mediocre. Por favor, no intenten contradecirme.
Ahora bien, en realidad, ¿qué más da? ¿Realmente importa? Esto es un hobby, no una obligación. No hay un mínimo de calidad exigible para poder seguir ocupando espacio de memoria en algún sistema de almacenamiento en Singapur, u Ocklahoma, o donde quiera que Google tenga montado el chiringuito.
Lo que importa es que hasta ahora me ha dado algunos buenos ratos, y me ha permitido conocer a algunas personas. Puede ser una pérdida de tiempo, pero lo mismo que jugar al ordenador o ver la tele.
Conclusión final: por ahora no le meto fuego, pero algunas cosas van a cambiar. O eso espero.
Por cierto, un poco de información personal a todas luces irrelevante: ya tenemos ADSL en la guarida.

miércoles, 22 de marzo de 2006

La calidad y el éxito no siempre van unidos

El proceso por el que me he aficionado a los grupos o cantantes que me gustan es más o menos el siguiente:
1) Un amigo me habla de él, o lo escucho por la radio.
2) Me prestan o compro algún disco suyo.
3) La primera vez que escucho el disco no me suele enganchar.
4) Después de escucharlo varias veces me empieza a gustar de veras.
5) Busco más discos del mismo grupo o autor.
6) Si tengo la oportunidad, voy a algún concierto. A esas alturas puedo corear las canciones, que ya me he aprendido de memoria en el punto 4.
Con Javier Ruibal me pasó lo mismo… pero al revés. Lo conocí en un concierto. Directamente, sin pasar por los pasos 1 a 6. Bueno, quizás sí que existió el punto 1, ya que si no no me hubiera enterado de que había un concierto. Luego resultó que incluso me sonaba alguna canción (Pensión Triana), que a saber dónde la había escuchado antes. Lo atípico del caso es que este portuense ecléctico me enganchó del tirón. Salí de aquella pequeña sala Ruibalista perdido. Lo siguiente fue conseguir algunos discos suyos, que desde entonces se cuentan entre mis preferidos.
Todo esto viene a cuento de mi santo, que fue el otro día, por el que fui regalado con su último disco: Lo que me dice tu boca, publicado por 18 chulos records, y grabado en septiembre pasado en la sala Galileo Galileo de Madrid.
También en este disco tenemos un proceso atípico. Como dice Javier en el DVD que se adjunta, lo normal es que se grabe un directo como recopilación de unas canciones ya publicadas y conocidas. Este no es el caso: es un directo de canciones no editadas en discos anteriores. Bien es cierto que contiene algunas creadas para otros fines, como la que cuelgo hoy, perteneciente a la BSO de Atún y Chocolate.
Sé que algunos y algunas ya conocéis a este genio para minorías, e incluso tenéis el disco antes que yo. A vosotros nada que decir que no sepáis. Al resto, os aconsejo muy mucho que le escuchéis. Algunos definen su estilo como andalusí. Yo encuentro también ritmos latinos, flamencos y hasta chirigoteros. A la postre, un estilo propio.
Cuelgo un cachito de Atunes en el Paraíso, no más. Este disco es de los que hay que comprárselos.
Bueno, que te lo regalen también vale.


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El paraíso es un sueño
pa qué te voy a engañar,
aquí todo tiene dueño como en la vida real
y hay quién se adueña el paisaje
el aire, el agua y el mar

Y el dinero es de un malaje que no sabe ni sumar.
En el reino de los mansos el masoquista es el rey

por quererte sin descanso soy un fuera de la ley,
y aunque yo no te merezca, torpe, lacio e indeciso
Yo soy el guapo que pesca atunes en el paraíso.

El paraíso no tiene ni pecado ni serpiente,
que me muerda ni me tiente
ni principio ni final
mi gracia si no es contigo
dormir la siesta al abrigo
Del árbol del bien y el mal.

En la costa de la ley
hay un nido de tunantes
y por chulos que les den por donde salta el levante
que me llamen infeliz y
que me encierren por loco
si no es bonito vivir siempre nadando con chocos.

Dame un beso de tornillo antes de ir a la alcoba
que lo mejor del morrillo será mi tarta de boda
no será lo qué pedías, pero soy quién más te quiso
No se pescan to los días atunes en el paraíso.

Mira si estamos casaos, si pasamos de la gente,
que nos quiten lo bailao y reviente el que reviente
ya no hay nada que me importe;
Yo cumplí mi compromiso,
no se pescan por deporte atunes en el paraíso.

lunes, 20 de marzo de 2006

Crónica desde mi país que se derrite

Artículo publicado en el suplemento Crónica, de El Mundo, el 5 de febrero de 2006. Aquí extractado. Para ver el artículo completo, seguid este enlace.

Recalentamiento global, efecto invernadero, subida de la temperatura de la atmósfera... Todas estas expresiones suenan lejanas para los ciudadanos de las grandes metrópolis del mundo, expresiones que describen una situación extraña, abstracta, para meter miedo, expresiones que ya están un tanto pasadas de moda y que ya se han oído excesivas veces. La última, el pasado lunes de boca de los asesores para el cambio climático del primer ministro británico, Tony Blair, aseguran que la probable fusión de la capa de hielo de Groenlandia elevará el nivel de los océanos en siete metros de aquí a 1.000 años.
Pero aquí, en Groenlandia, la cosa es mucho más sencilla; no tenemos más que asomarnos a la ventana para comprobar que algo está pasando. ¿Qué es lo que está pasando con el clima? ¿Por qué cambia con tanta rapidez? ¿Ha habido en alguna época de la historia un verano tan verde como el que hemos tenido este año?
Nosotros, los groenlandeses, dependemos casi por completo de la naturaleza y de nuestros conocimientos sobre nuestro medio, temible pero gratificante, unos conocimientos transmitidos de generación en generación. ¿Cómo, si no, habríamos llegado a saber cuándo es seguro pescar a través del hielo, o dónde se encuentran ballenas en esta época del año, o cuándo salir a la mar a la caza de la foca?
Ultimamente, sin embargo, estos conocimientos se han ido volviendo cada vez menos útiles. El mar helado que tiempo atrás hizo posible llegar andando desde la tierra firme hasta la isla de Disko, al norte de Groenlandia, lleva sin formarse durante los últimos 15 años, e incluso más al norte es peligroso y traicionero intentar andar sobre él incluso en lo más crudo del invierno.
En la ciudad de Uummannaq, las mujeres de los pescadores y de los cazadores han abierto una colecta a escala nacional a través de la televisión pública. «No sabemos cómo vamos a poder pasar el invierno si no obtenemos ayuda. Nuestros maridos no pueden cobrar suficientes capturas para todos los que somos», ha declarado una de ellas. Estamos hablando de individuos orgullosos e independientes, no de haraganes.
Esto que experimentamos, ¿es el recalentamiento global sobre el que los grandes dirigentes de este mundo celebran reuniones en salas perfectamente acondicionadas con una temperatura uniforme antes de comparecer bajo los focos de las cámaras de la prensa mundial, felicitándose los unos a los otros porque a lo mejor se han puesto de acuerdo sobre una reducción del 0,02% de las emisiones de los gases de efecto invernadero durante los próximos diez años?
Aquí arriba, en el extremo Norte de la Tierra, nosotros creemos que, efectivamente, en eso podría consistir el recalentamiento global.
Estamos prácticamente seguros. Ahora bien, ¿cómo podríamos convencerles a ustedes? Y en cualquier caso, ¿hay algo que puedan hacer ustedes? Los científicos, según parece, creen que no, que hemos llegado a un punto en el que ya no hay vuelta atrás, en el que las reducciones de las emisiones de CO2 no van a significar prácticamente nada.Ahora ya no nos queda más remedio que apechugar con lo que hay y eso es lo que tendrán que hacer ustedes cuando Europa y el resto del mundo tengan que hacer frente a las consecuencias de una atmósfera recalentada y de un nivel más alto del mar.
Érase una vez, hace mucho tiempo, en que se podía confiar en la naturaleza, en que se podía andar sobre el hielo y en que se podía saber qué tiempo iba a hacer. Érase una vez, hace mucho tiempo, nuestros cazadores no tenían que pedir ayuda para pasar el invierno.
Andreas Lindqvist, periodista, trabaja en el diario AG, de Groenlandia

domingo, 19 de marzo de 2006

Uno de funcionarios, by Forges

Lo he intentado, de veras, pero no he podido resistirme a colgarlo. Que Forges me perdone.

viernes, 17 de marzo de 2006

Guerra de sexos

Chicos, las mujeres nos van a comer vivos.
Y no de la forma morbosa en la que estáis pensando (lo sé porque soy uno de vosotros), sino en el sentido chungo de la expresión.
Eso es evidente ya para cualquier macho con dos dedos de frente (haberlos, habemos). Lo vemos en la progresiva incorporación de la mujer a la vida laboral, ocupando cada vez puestos de mayor relevancia. En que llevan ya años siendo mayoría en las Universidades. En los fallos judiciales. En la política, en los deportes…
La mujer es más lista, está mejor preparada, (también está más buena, eso no hay quien lo niegue), y lo que es más importante, lleva mucho tiempo sometida al varón. Ha dicho basta, ayudada por el avance social y los deseos reconciliatorios de sus compañeros.
Como ocurre con cualquier reacción subamortiguada, no os creáis que se conformarán cuando alcancen la absoluta paridad. Nasti de plasti. Nos van a adelantar en todo. Hoy mismo he visto un reportaje en Natura en el que se aventuraba que dentro de un siglo las velocistas femeninas serán más rápidas que los masculinos. Ni echándoles una carrerita les vamos a poder ganar. Si eso es bueno o es malo, el tiempo lo dirá.
Lo malo es que van camino de la igualdad mediante la imitación de lo masculino. Con los valores tan positivos que atesoraban, y los están sustituyendo por la agresividad y competitividad masculinas. Una pena.
Hoy he tenido que dar la razón a mis compañeros “gasistas” en la comida. Estaban criticando un anuncio de café soluble. No sé si lo habréis visto. Es ese en el que un hombre recita la tabla del 1 mientras se prepara un café. Mal palo le den al tío y al café. Una voz en off (femenina) dice algo así como: ”Estáis de enhorabuena, por fin vais a poder hacer dos cosas al mismo tiempo”. Tócate, si es que encima me hizo gracia.
Imaginaos la que se hubiera montado si una marca de coches vendiera sus modelo con aparcador automático diciendo a las tías: “Estáis de enhorabuena, ya no tendréis que aparcar al tacto”. Retirado por machista el mismo día de emisión. Seguro.

miércoles, 15 de marzo de 2006

Cuidado Señor, no se confunda

A veces vas buscando una cosa y encuentras otra. Los caminos del Señor son inescrutables...

“Delante de ellos, sólo a unos tres metros de distancia, vieron un bulto que parecía una roca, pero en un lugar donde no debía haber roca alguna. Ralph oyó un ligero rechinar que procedía de alguna parte, quizá de su propia boca. Se armó de determinación, fundió su temor y repulsión en odio y se levantó. Avanzó dos pasos con torpes pies.
Detrás de ellos, la cinta de luna se había ya levantado del horizonte; ante ellos, algo que se asemejaba a un simio enorme dormitaba sentado, la cabeza entre las rodillas. En aquel momento se levantó viento en el bosque, hubo un revuelo en la oscuridad y aquel ser levantó la cabeza, mostrándoles la ruina de un rostro.
Ralph se encontró atravesando con gigantescas zancadas el suelo de ceniza; oyó los gritos de otros seres y sus brincos y afrontó lo imposible en la oscura pendiente. Segundos después, la montaña quedaba desierta, salvo los tres palos abandonados y aquella cosa que se inclinaba en una reverencia.”
William Golding, El Señor de las Moscas.

“Y allá lejos, mientras Frodo se ponía el Anillo y lo reclamaba para él, hasta en los Sammath Naur, el corazón mismo del reino de Sauron, el Poder de Barad-dûr se estremecía, y la Torre temblaba desde los cimientos hasta la cresta fiera y orgullosa. El Señor Oscuro comprendió de pronto que Frodo estaba allí, y el Ojo, capaz de penetrar en todas las sombras, escrutó a través de la llanura hasta la puerta que él había construido; y la magnitud de su propia locura le fue revelada en un relámpago enceguecedor, y todos los ardides de enemigo quedaron por fin al desnudo. Y la ira ardió en él con una llama devoradora, y el miedo creció como un inmenso humo negro, sofocándolo. Pues conocía ahora qué peligro mortal lo amenazaba, y el hilo del que pendía su destino.”
J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos.

domingo, 12 de marzo de 2006

Fango

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Cansancio

Mi intención hoy era escribir un largo alegato sobre la libertad de expresión responsable, pero de repente me siento cansado. No sé si será el medio resfriado que no termina de atacarme, la tensión baja o qué se yo, pero de repente me parece que toda disquisición sobre este tema es inútil. ¿Para qué aburriros? ¿De veras conseguiré algo que no sea avivar un debate estéril o atraer las críticas de los defensores a ultranza del todo vale?
Sin embargo, no es mi mente, sino mi corazón el que se rebela, el que impulsa mis dedos sobre el teclado. Es la inútil esperanza en que el prójimo sea capaz de ver por los ojos del otro, de ponerse en sus zapatos, como dicen los yanquis, antes de hacer uso y abuso de ese don conseguido después de años de silencio forzado. También es la rabia que me producen las injusticias. ¿Es lícito o incluso sano que nos podamos despellejar unos a otros impunemente, aún sin motivo que lo justifique? ¿Es esa la máxima expresión de la libertad? ¿Estar en contra de ello me convierte de repente en reaccionario? Peor aún, ¿en un ingenuo, un débil?
No lo sé. No me importa. De repente me siento cansado.

sábado, 11 de marzo de 2006

¡Más gas!

Los que me habéis leído un poco sabéis que políticamente soy de ideas centradas… un poquito a la izquierda. Una posición ideológicamente huérfana de partido, lo cual puede tacharse de falta de compromiso, si se quiere, pero así es. Un compañero de trabajo me convenció de que hay que votar al partido que uno crea que venga mejor en cada momento, y así hago. Mi posicionamiento progresista es más una declaración de principios que un hecho relevante en ningún sentido. Sin embargo, he tenido y tengo amigos que podría considerar sin ambages como fachas. Desde el conservador moderado hasta el facha recalcitrante. ¿Y cómo se come eso? Con humor, mucho humor.
Recuerdo a M., un señor que se jubiló hace unos años y cuya vida daría para varios libros. M. era y supongo que seguirá siendo el típico franquista hasta la muerte, y sin embargo, me caía estupendamente. Me encantaba picarle en las comidas para que contara alguna de sus historias. Supongo que la mayoría eran falsas, pero lo mismo me daba. Era de los pocos que iba al trabajo de traje a diario, y portaba un maletín que solía contener un bocadillo, y poco más. Dado lo que hacía en mi empresa, me parece que lo tenían recogido más que otra cosa. La historia que más veces repetía era el de la pareja de guardias civiles que le paró una vez por exceso de velocidad. Cuando le pidieron el carné él enseñó el antiguo, el de la época de Franco, que según decía se negaba a renovar por respeto al generalísimo. Según su historieta, los guardias se cuadraron y le dejaron ir. Como esa, todas. La verdad es que lo echo de menos.
Ahora me entretengo picando a mi amigo F., mucho más joven, pero también tela de derechoso. Seguro que lo dice de broma, pero a lo más mínimo que se habla del integrismo islámico, homosexuales, independentistas y temas así, salta con el tema gaseoso. Que les pasaba a todos por la cámara de gas, vamos. Tampoco es meritorio que F. me sea simpático, ya que es la típica persona que le cae bien a todo el mundo. Así que en lugar de enfadarme, le sigo la corriente.
Hace unos días Mizerable me envió unos chistes gráficos sobre Broke back mountain. Se los reenvié de inmediato (tranquilo Mizerable, soy de los pocos que borran el encabezamiento del emisor anterior), con una sencilla pregunta: “¿Gas también para el Far West?”.
Su respuesta no se hizo esperar: “Espitas abiertas”.

martes, 7 de marzo de 2006

Cabalgata

En este caso la del carnaval de mi pueblo. No tan buena como otros años, pero con algunas perlas que paso a mostrar.
¿Qué será lo contrario a cabezudo?
Aunque casi ni se vea éste iba de tribu africana caníval. En su cartel anunciaban "Asociación portorrealeña de castellets catalanes... menos estatut y más carnavales"
Anda que no hacía ruido el bicho ni ná. Y encima, reggetón. Muy buenos los del avión que se armaba y desarmaba a golpe de sirena.

Y cómo no, nuestras "folkróricas".Y ahora, a pensar en el disfraz del año que viene.

miércoles, 1 de marzo de 2006

Solitario

Hay muchos juegos para una persona con el nombre de solitario. Que me place hoy hablar de uno en concreto que me dio buenos ratos de entretenimiento hace un tiempo.
Os lo describo para el que no lo conozca. Se trata de un tablero en forma de cruz con 33 casillas. Todas las casillas comienzan ocupadas por una ficha salvo la central. El objetivo del juego es ir comiendo fichas hasta que sólo quede una, precisamente en la casilla central. Las fichas no se pueden mover si no es comiendo. La forma de comer es la misma que en las damas, es decir, saltando una casilla hasta otra libre, y eliminando la ficha saltada. Sólo que en vertical u horizontal, no en diagonal. Se pierde si no hay posibilidad de seguir comiendo o si queda una pero no en la casilla central.


Si creéis que es fácil, intentadlo. No os hace falta tener uno de esos juegos de madera con bolitas. Basta dibujar el tablero sobre un folio y usar monedas, o garbanzos, o lo que haya más a mano. Cuidado que pica.
Una vez que se ha jugado mucho se reconocen jugadas típicas, con lo que el juego se simplifica. Hacerlo de forma improvisada es muy difícil.
Yo ya lo conseguí de varias formas, con lo que el juego ha perdido un poco el interés. Os ofrezco la primera solución que descubrí. Estaba tan contento que antes de que se me olvidara la convertí en una presentación en Power Point para que quedara para la posteridad. Hace tiempo le dije a Evita que se la mandaría, y eso iba a hacer hoy. Pero he pensado que quizás a alguien más le pudiera interesar, así que si queréis, podéis descargarla del siguiente enlace.
Nota: Os aconsejo guardarla en el disco duro y luego ejecutar la presentación. Yo he intentado abrirla directamente desde la dirección web y no me fue.
Solución made in Malatesta