domingo, 31 de agosto de 2008

Lazo de pescador

Los nudos, además de ser útiles, sirven para relajarse. A veces tomo una cuerda mientras veo la tele y practico los pocos nudos que sé, para que no se me olviden.
Uno de los que más me gustan es el lazo de pescador. Este nudo es un lazo fijo o gaza, del mismo tipo que el famoso as de guía pero más seguro. Tiene muchos usos, pero es ideal para atar un cabo a una argolla o un poste.
Os dejo un pequeño video de cómo se hace. En el caso de querer atar la cuerda a un punto fijo bastaría con pasar el chicote (extremo de la cuerda) por ese punto antes de volver a insertarlo en el nudo, antes de asegurarlo.
Si os parece interesante podría colgar alguno más. Que ustedes lo aten bien.

jueves, 21 de agosto de 2008

El transverso, ese desconocido

Cuando en "El dormilón" Woody Allen despierta de su letargo tras doscientos años congelado, descubre que la ciencia ahora recomienda comer chocolate a espuertas y fumar como un carretero. Lo que antes era nocivo, ahora es lo mejor para la salud.

Poco más o menos es lo que ha estado pasando con el tema de los músculos abdominales. Me refiero a la famosa “tableta de chocolate”, deseada por muchos y admirada por muchas. Hace años recomendaban hacer flexiones completas de tronco a tuti plen. De trescientas para arriba al menos tres veces por semana. Eso para las llamadas “superiores”. Para las “inferiores” lo recomendado era colgarse de las barras de la pared y subir las piernas a 90º. otro tanto montón de veces. Después de que más de uno se fastidiara la espalda haciendo tales brutalidades, los expertos recomendaron reducir la amplitud de las flexiones. Ahora sólo bastaba levantar los hombros del suelo un poco y contraer. Menos fatigado, pero igual de aburrido y poco efectivo.

Más tarde alguien se dio cuenta que lo mejor para que se marquen las abdominales no es tanto ejercitarlas como reducir la grasa que las recubre a base de una dieta estricta y algo de ejercicio aeróbico. Es decir, no es que hacer abdominales sea malo, pero no ayuda a perder barriga.

Lo último que he leído por ahí es que hacer abdominales sí puede ser contraproducente si lo que se pretende es reducir contorno de cintura. Algo de lógica tiene, ya que ejercitarlos, al menos al estilo tradicional, incrementa el tamaño del recto mayor, que es el músculo que forma la “tableta”. Pero si no hemos reducido la grasa que la recubre, el vientre estará más abultado, sin que se marquen los músculos.

Si lo que interesa es mejorar la imagen, lo mejor, aparte de la mencionada dieta, es ejercitar otro músculo abdominal, éste mucho más desconocido: el transverso. Este músculo actúa como una faja natural, ya que su función es la de mantener las vísceras en posición. Al parecer, cuanto más se ejercita más se contrae, reduciendo el contorno de la cintura y por lo tanto “reduciendo barriga”. Los ejercicios para el transverso son mucho menos cansados que los tradicionales. Consisten en contraerlo ayudándonos de la respiración, tanto en decúbito supino (acostado boca arriba) como en cuadrupedia (a cuatro patas). Se inspira expandiendo el vientre y se expira “metiendo barriga”.

Si realmente es algo efectivo o no, ya se verá.

sábado, 16 de agosto de 2008

Libros que dejaron huella

Un meme me mandan hacer India y Marta
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
pero sin más con valor lo acometo
y si no lo hago que un rayo me parta.

En este caso se trata de relacionar los libros que por una razón u otra me han dejado huella. Difícil tarea, porque de una forma u otra todos han dejado algo de ellos en mi memoria: una frase, una descripción, una historia. Pero algunos más que otros, evidentemente, y los que siguen son de los primeros. El orden es más o menos el cronológico de lectura, si no recuerdo mal.

Viaje al centro de la tierra, Julio Verne.
La isla del tesoro, Robert Louis Stevenson.
Colmillo Blanco, Jack London,
Un puente Lejano, Cornelius Ryan.
Ética para Amador, Fernando Sabater.
El Silmarillion, J. R. R. Tolkien.
Las aventuras del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes.
El capitán Alatriste, Arturo Pérez-Reverte.
La delgada línea roja, James Jones.

Nótese que el criterio utilizado no es el de la calidad, aunque sea subjetiva, sino el que me marcaran de una forma u otra. De cualquier forma, termino este post con la desagradable sensación de que me dejo muchos otros, quizás más importantes para mí que éstos, en el tintero de la memoria.

El meme termina como todos, nombrando a otros tantos blogueros que lo continúen. Como es habitual aquí, obviaremos este trámite. Que ustedes lo lean bien.

martes, 12 de agosto de 2008

Humor "digital"

Esto es insultar con clase. Capturado esta mañana en el paseo marítimo de Cádiz.


PD: Hoy me he reencontrado con antiguos compañeros de mi anterior empresa. Compañeros y sin embargo amigos. Hace tiempo que no sentía una alegría tan... sana, pura, sincera, por ver a alguien. Se han metido un montón conmigo, los muy cabronazos. Como siempre, como si nada hubiera cambiado.
Tíos, os echo de menos un huevo. Sois cojonudos.

jueves, 7 de agosto de 2008

Sabiduría en el azucarillo

A veces desayuno en un bar en el que los sobrecitos de azúcar llevan inscritas frases célebres o ingeniosas. Muchas son de Groucho Marx, paradigma del humor irónico e inteligente. Como aquella que dice "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros". En wikiquote hay una buena colección, para el que quiera pasar un rato entretenido.

La de hoy era de Ramón y Cajal. Ni es célebre ni suscita una sonrisa, más bien una mueca. Como buen español siempre mirando el lado trágico de la vida. Puede resultar incluso simple, pero no me resisto a reproducirla aquí. Seguro que a más de uno le trae el recuerdo de alguien a quien alguna vez quiso.



viernes, 1 de agosto de 2008

Delphi, un año después

Hoy se cumple un año de la firma del acuerdo que cerró definitivamente las puertas de Delphi en Puerto Real. La fecha es simbólica, ya que el cierre viene de antes. El anuncio por parte de la empresa de su intención de terminar sus actividades se hizo público en febrero de 2007, pero la decisión se tomó mucho tiempo atrás, seguramente con uno o dos años de antelación. Aunque nadie quería creerlo, las pistas de lo que estaba por venir eran cada vez más claras: proyectos que no se cogían, máquinas que se trasladaban a Polonia, y en general una sensación de abandono que entre otras cosas impulsó al que suscribe a abandonar el barco antes de que sonaran las alarmas.
Las manifestaciones en defensa del empleo de los más de 1500 trabajadores de la fábrica de componentes de automoción tuvieron su recompensa en forma de un plan de formación y una promesa de recolocación. Los trabajadores cobraron su finiquito y se resignaron ante el inevitable cierre. Aquí no había una administración a la que presionar con la opinión pública, sino una empresa privada, de capital americano, que ya había dicho a las claras que se iba sin posibilidad de negociación.
¿Cuál es la realidad un año después? Los trabajadores viven una doble situación. Por un lado son parados privilegiados, en el sentido de que están recibiendo unas “becas de formación” que complementan el paro a cambio de su asistencia a los cursos. También tienen “un papel firmado”, el acuerdo de cierre firmado también por la administración autonómica en el que se dice que serán recolocados. Pero por otro lado, las empresas que se prometían siguen siendo eso, una promesa. El paro se consume, y muchos ya empiezan a dudar que dichas empresas estén instaladas a tiempo antes de que se les acabe. Además, algunas de las que están previstas han anunciado que los ex-trabajadores de Delphi no se ajustan al perfil que necesitan.
Aunque cada caso es diferente, a la tragedia económica para la zona se suma la tragedia personal de los que se saben útiles, pero están atrapados entre la promesa de recolocación y la dificultad para encontrar empleos de calidad.
La fábrica sigue donde mismo. Cerrada, salvo para los pocos trabajadores que aún están bajo la nómina de Delphi en las labores de cierre. Se me parte el alma cuando paso por la carretera e imagino la desolación que debe imperar en esas naves enormes, antaño un hervidero de actividad. Cuánto esfuerzo, cuánta tecnología, cuánto conocimiento desperdiciado. Profesionales como la copa de un pino, verdaderos especialistas en su materia, que van a ser prematuramente jubilados, expatriados o desviados a otros campos de menor necesidad de cualificación. Cuántos puestos de trabajo de calidad perdidos.
Una verdadera tragedia que aún no ha terminado.