miércoles, 23 de diciembre de 2015

Colacao


Colacao
Óleo sobre cartón entelado
55 × 46 cm

Este 2015 ha sido un año difícil. Qué coño, ha sido un año malo de cojones. Perdonad, dicen que soltar palabrotas ayuda a reducir el dolor.

Pero si en algo se salva este año para mí, es en la cantidad de tiempo que le he dedicado a la pintura. No he cumplido el objetivo que me puse de pintar un cuadro al mes, pero aún así. Ocho cuadros son bastantes. La calidad de los mismos es bastante irregular, ya lo sé, pero aún así estoy contento. 

Con éste que os presento hoy he intentado emular el hiperrealismo de nuestro ya conocido Marcello Barenghi. La simplicidad de la composición y ese fondo gris son la marca de la casa. Pero para no copiar uno de sus dibujos, he elegido como modelo un producto tipical spanish. 

Mi amigo Mark "el aburrío" Carder dice que existe una maldición del pintor, consistente en no ser capaz de ver los cuadros propios como los vería otra persona. Tantas horas delante del cuadro hacen que nuestra percepción se altere. Así que si he logrado el grado de realismo que pretendía o no... no lo sé. ¿Qué me decís? ¿Merece la pena que haga una serie de cuadros de productos patrios o me paso a otra cosa?

Felices fiestas, amigos, y suerte en el nuevo año que se acerca.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Cabecero de duelas de madera

Hoy, para variar un poco el tono del blog, os traigo un mini-tutorial de bricolaje. Es tan sencillo que casi no necesita explicación; pero como quedé contento con el resultado, y puede que a alguien le sirva de inspiración, ahí va.

Mi suegra me pidió que le hiciera un cabecero para una cama de 90 cm, hecho con duelas de madera. Ni corto ni perezoso tomé las medidas y me dirigí a la tienda de bricolaje más cercana. Allí compré:

- Un paquete de duelas de madera de pino. El más barato que había. Por unos 10 euros me hice con 10 duelas de 2 metros de longitud. Me iba a sobrar más de la mitad, pero menos no vendían.
- Un tablero de aglomerado de 90 × 70 cm. Lo compré de 1 cm de grosor, pero visto el resultado posiblemente un tablero más fino también vale, y quitaría peso al cabecero.
- Un listón esquinero de pino de 23 × 23 × 240 cm.
- Un paquete de clavos de 16 mm.
- Un set con dos colgadores de armarios.

En total el cabecero ha salido por unos 22 euros. Ahí no entran la herramientas usadas, la pintura acrílica ni el barniz, que ya tenía en casa.

Ahora el cómo:

1º) Cortamos 7 duelas de 90 cm de longitud. Las duelas miden 10 cm de ancho, de ahí comprar el tablero de 90 × 70, para no tener que cortar ninguna duela longitudinalmente. Se puede hacer más ancho, para camas más grandes, y más o menos alto, a gusto de cada uno.


2º) Aplicamos cola en cada pieza por detrás y en la ranura que sirve para ensamblarlas, y las vamos ensamblando y pegando al tablero de aglomerado, cuidando que no sobresalgan por ningún lado.


3º) Dejamos secar la cola unos 15 minutos y le damos la vuelta al tablero. Aseguramos bien las duelas con clavos cada 10 cm más o menos. Quizás con la cola sea suficiente, pero no quise arriesgar.


4º) Marcamos con lápiz una linea a 45º en cada una de las dos esquinas superiores del cabecero. Cortamos un tramo del perfil para el primer lateral, con el extremo superior a 45º, siguiendo la marca del cabecero. Aplicamos cola y lo pegamos. Hacemos lo propio con los otros dos tramos, el superior y el otro lateral, cuidando que coincidan en las esquinas. La parte inferior no necesita esquinero, por quedar oculto con la cama.
Las esquinas son lo más complicado de todo el trabajo. Hacerlo con herramientas manuales implica necesariamente que cometeremos pequeños errores. Podemos lijar para igualar, y el propio serrín del lijado, mezclado con la cola de la unión, disimulará las imperfecciones.


5º) Le atornillamos las hembras de los colgadores de armario en la parte trasera.


6º) El cabecero está terminado en bruto. Lo lijamos con un papel muy fino (P500 o similar) y lo limpiamos bien. Ahora podemos decorar el frontal con un dibujo pintado con pintura acrílica, por ejemplo, y una vez seca ésta, aplicar un par de capas de barniz. En mi caso, y a petición de la destinataria, usé barniz incoloro mate. Entre capa y capa de barniz lijamos de nuevo. 

7º) Solo queda colgarlo en la pared, para lo cual atornillaremos los dos ganchos de los colgadores de armario en la posición deseada. Estos prácticos colgadores traen unos tornillos que sirven para nivelar el mueble una vez colgado, por si hemos cometido algún error. Naturalmente, en lugar de los colgadores de almario se pueden usar las tradicionales alcayatas, aunque el acabado no será tan "profesional".


Y ya está, como veis es un trabajo sencillo, pero entretenido. Por cierto, la "clienta" quedó satisfecha :)