viernes, 28 de enero de 2011

McGyver en Euskadi

Ya no me quedan héroes a los que admirar. El último que tenía, McGyver, se me derrumbó el otro día. Es lo malo de internet, que pone en su sitio cosas que tu memoria había pulido y ensalzado con el paso del tiempo.

Probablemente hayáis visto el vídeo que sigue. Si no, y no tenéis nada mejor que hacer, podéis echar unas risas con la representación que de ETA y el País Vasco hicieron los guionistas de esta mítica serie.


viernes, 21 de enero de 2011

Ensalada Malatesta

Me congratula anunciaros la presentación del último libro de recetas de Jean Marie Malatesté, el afamado cocinero parisino. Malatesté (Blois, 1975), se hizo famoso en Francia a raíz de la presentación del programa “Avec les mains en le masse”, en la TV5. Su restaurante, La Folle Oie (La Oca Loca, no sean mal pensados), ha obtenido las tres estrellas Michelín desde su apertura. De hecho, gracias a las recetas bajas en calorías de Jean Marie, el muñeco de dicha marca ha conseguido perder veinte kilos.
Ahora ha revolucionado el mundo de las ensaladas con “Vert que je t'aime vert” (Verde que te quiero verde, Editorial El Esmayao, 2011), el libro que hoy reseñamos.
En sus 245 páginas, maravillosamente ilustradas con las fotografías que él mismo firma, podemos vislumbrar lo que será la alta cocina del futuro, en lo que a ensaladas se refiere. Sin perder contacto con la realidad de los productos de la tierra, Malatesté se atreve rompiendo las reglas establecidas para llevarnos a otra dimensión de los sabores.
Como todo genio, también tiene sus detractores. “No aporta nada nuevo” (Le Monde), “Hace sus ensaladas con lo primero que encuentra a la nevera” (Le Figaro), “Pfffffffffff, vaya mojonasso” (Libération), son algunas de las críticas negativas que ha recibido.
Pero juzguen ustedes. Como muestra, reproduzco su creación “Ensalada Malatesta”, que abre el libro. Fácil de preparar, es un ejemplo de la riqueza de sabores que podrán encontrar en las páginas de “Vert que je t'aime vert”.

INGREDIENTES
- Algo verde, a gusto del comensal: lechuga, endivias o canónigos. No se recomienda el perejil, por razones obvias.
- Manzana. Roja, si eres de izquierdas; verde, si te importa el medioambiente; amarilla, en cualquier otro caso.
- Queso a punta pala. Al menos dos tipos, curado y fresco.
- Pechuga de pavo. O de pava, lo mismo da. El jamón york da un resultado parecido, aunque no idéntico.
- Salmón ahumado o palometa. Qué, eso no te lo esperabas, ¿a que no?
- Nueces. A ser posible sin la cáscara.

PREPARACIÓN
- Se trocean todos los ingredientes en taquitos mu chiquitines, mu chiquitines. Más que nada para ahorrarle trabajo a los piños.
- Se aliña con: aceite, vinagre de manzana, un chorreoncito de miel... Espera, ¿miel? Sí, miel, pero un chorreoncito solo. Y por último unos toques de crema de vinagre balsámico de Módena. No me he olvidado la sal. No hace falta si le hemos echado el salmón ahumado o la palometa.
- Se remueve todo muy bien y pa’dentro.

Advertencia Legal: El que piense que con esta ensalada va a adelgazar, lo lleva claro. Hala, buen provecho.

sábado, 15 de enero de 2011

Micropost

Yo la verdad es que esto del microblogging no lo termino de entender.

viernes, 7 de enero de 2011

Tilt shift

De nuevo volvemos a los retoques fotográficos. Hoy os traigo la técnica "tilt-shift" simulada con PS.
En realidad "tilt-shift" es un conjunto de técnicas que implican el movimiento físico de la lente respecto al plano de imagen y el sensor, bien en ángulo (tilt) o en desplazamiento paralelo (shift). Con ello se consiguen efectos tales como modificar la amplitud de campo, o conseguir que objetos contenidos en un plano y que están a distinta distancia de la cámara queden todos enfocados.
De forma más modesta, con PS podemos simular estas técnicas mediante el desenfoque selectivo de zonas de la fotografía. En concreto, el ejemplo que circula más por la red es el de hacer que una fotografía parezca una miniatura.
Es realmente sencillo y rápido. Explicado de forma breve basta con duplicar el fondo, aplicarle un filtro de desenfoque de lente, borrar de la nueva capa lo que no queremos que esté desenfocado, y por último subir de manera exagerada la saturación a toda la foto. Con todo ello conseguimos simular el uso de una lente macro, que es la que usamos para fotografiar cosas pequeñas, y con ello engañar al ojo.
Os traigo un par de ejemplos. El primero es el de una fotografía hecha desde Zahara de la Sierra, que hice en una de mis salidas moteras.


Aplicamos los cuatro pasos descritos arriba, dejando una banda sin desenfocar en la zona de las casas, y obtenemos esto.

Y ahora una foto que me encanta, de una calle de Chester, que visitamos el verano pasado.


Aquí he tenido que procesar un poco más, aplicando un filtro de desenfoque de suavizado al principio para eliminar detalles, que no estarían en una maqueta real. He elegido como zona enfocada el centro de la calle, cerca del espectador. Al final también le he aplicado un poco de procesado para intensificar aún más los colores.

Así que ya sabéis, si os mola el efecto, podéis convertir casi cualquier fotografía que os guste en una falsa miniatura. Aunque es realmente sencillo, si lo necesitáis hay muchos tutoriales por internet.