Me congratula anunciaros la presentación del último libro de recetas de Jean Marie Malatesté, el afamado cocinero parisino. Malatesté (Blois, 1975), se hizo famoso en Francia a raíz de la presentación del programa “Avec les mains en le masse”, en la TV5. Su restaurante, La Folle Oie (La Oca Loca, no sean mal pensados), ha obtenido las tres estrellas Michelín desde su apertura. De hecho, gracias a las recetas bajas en calorías de Jean Marie, el muñeco de dicha marca ha conseguido perder veinte kilos.
Ahora ha revolucionado el mundo de las ensaladas con “Vert que je t'aime vert” (Verde que te quiero verde, Editorial El Esmayao, 2011), el libro que hoy reseñamos.
En sus 245 páginas, maravillosamente ilustradas con las fotografías que él mismo firma, podemos vislumbrar lo que será la alta cocina del futuro, en lo que a ensaladas se refiere. Sin perder contacto con la realidad de los productos de la tierra, Malatesté se atreve rompiendo las reglas establecidas para llevarnos a otra dimensión de los sabores.
Como todo genio, también tiene sus detractores. “No aporta nada nuevo” (Le Monde), “Hace sus ensaladas con lo primero que encuentra a la nevera” (Le Figaro), “Pfffffffffff, vaya mojonasso” (Libération), son algunas de las críticas negativas que ha recibido.
Pero juzguen ustedes. Como muestra, reproduzco su creación “Ensalada Malatesta”, que abre el libro. Fácil de preparar, es un ejemplo de la riqueza de sabores que podrán encontrar en las páginas de “Vert que je t'aime vert”.
INGREDIENTES
- Algo verde, a gusto del comensal: lechuga, endivias o canónigos. No se recomienda el perejil, por razones obvias.
- Manzana. Roja, si eres de izquierdas; verde, si te importa el medioambiente; amarilla, en cualquier otro caso.
- Queso a punta pala. Al menos dos tipos, curado y fresco.
- Pechuga de pavo. O de pava, lo mismo da. El jamón york da un resultado parecido, aunque no idéntico.
- Salmón ahumado o palometa. Qué, eso no te lo esperabas, ¿a que no?
- Nueces. A ser posible sin la cáscara.
PREPARACIÓN
- Se trocean todos los ingredientes en taquitos mu chiquitines, mu chiquitines. Más que nada para ahorrarle trabajo a los piños.
- Se aliña con: aceite, vinagre de manzana, un chorreoncito de miel... Espera, ¿miel? Sí, miel, pero un chorreoncito solo. Y por último unos toques de crema de vinagre balsámico de Módena. No me he olvidado la sal. No hace falta si le hemos echado el salmón ahumado o la palometa.
- Se remueve todo muy bien y pa’dentro.
Advertencia Legal: El que piense que con esta ensalada va a adelgazar, lo lleva claro. Hala, buen provecho.
Ahora ha revolucionado el mundo de las ensaladas con “Vert que je t'aime vert” (Verde que te quiero verde, Editorial El Esmayao, 2011), el libro que hoy reseñamos.
En sus 245 páginas, maravillosamente ilustradas con las fotografías que él mismo firma, podemos vislumbrar lo que será la alta cocina del futuro, en lo que a ensaladas se refiere. Sin perder contacto con la realidad de los productos de la tierra, Malatesté se atreve rompiendo las reglas establecidas para llevarnos a otra dimensión de los sabores.
Como todo genio, también tiene sus detractores. “No aporta nada nuevo” (Le Monde), “Hace sus ensaladas con lo primero que encuentra a la nevera” (Le Figaro), “Pfffffffffff, vaya mojonasso” (Libération), son algunas de las críticas negativas que ha recibido.
Pero juzguen ustedes. Como muestra, reproduzco su creación “Ensalada Malatesta”, que abre el libro. Fácil de preparar, es un ejemplo de la riqueza de sabores que podrán encontrar en las páginas de “Vert que je t'aime vert”.
INGREDIENTES
- Algo verde, a gusto del comensal: lechuga, endivias o canónigos. No se recomienda el perejil, por razones obvias.
- Manzana. Roja, si eres de izquierdas; verde, si te importa el medioambiente; amarilla, en cualquier otro caso.
- Queso a punta pala. Al menos dos tipos, curado y fresco.
- Pechuga de pavo. O de pava, lo mismo da. El jamón york da un resultado parecido, aunque no idéntico.
- Salmón ahumado o palometa. Qué, eso no te lo esperabas, ¿a que no?
- Nueces. A ser posible sin la cáscara.
PREPARACIÓN
- Se trocean todos los ingredientes en taquitos mu chiquitines, mu chiquitines. Más que nada para ahorrarle trabajo a los piños.
- Se aliña con: aceite, vinagre de manzana, un chorreoncito de miel... Espera, ¿miel? Sí, miel, pero un chorreoncito solo. Y por último unos toques de crema de vinagre balsámico de Módena. No me he olvidado la sal. No hace falta si le hemos echado el salmón ahumado o la palometa.
- Se remueve todo muy bien y pa’dentro.
Advertencia Legal: El que piense que con esta ensalada va a adelgazar, lo lleva claro. Hala, buen provecho.
Muy interesante tanto tu comentario como el personaje protagonista al que no conocía hasta el momento. Supongo que los "cocinillas" tendremos que aplicarnos el cuento.
ResponderEliminarUn saludo!
Ahora quiero que me sorprendas con otra diferente.
ResponderEliminarPiru, tienes razón, el personaje es todo un "personaje", ja, ja.
ResponderEliminarLunaria, "Vert que je t'aime vert" tiene 245 páginas donde elegir :)
Y luego esas pedazo de tostadas en el desayuno eh?
ResponderEliminarBueno, las tostadas las preparo en el orden que no es, según nuestro amigo Beaumont. Y él debe saberlo, je, je.
ResponderEliminarÑam, ñam, que buena!! Mis preferidas la cesar y una de canonigos, con nueves, queso, pavo y cebolla en crispis aliñada de vinagre de modena y aceite ¡¡buenisima!!
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