Mi intención hoy era escribir un largo alegato sobre la libertad de expresión responsable, pero de repente me siento cansado. No sé si será el medio resfriado que no termina de atacarme, la tensión baja o qué se yo, pero de repente me parece que toda disquisición sobre este tema es inútil. ¿Para qué aburriros? ¿De veras conseguiré algo que no sea avivar un debate estéril o atraer las críticas de los defensores a ultranza del todo vale?
Sin embargo, no es mi mente, sino mi corazón el que se rebela, el que impulsa mis dedos sobre el teclado. Es la inútil esperanza en que el prójimo sea capaz de ver por los ojos del otro, de ponerse en sus zapatos, como dicen los yanquis, antes de hacer uso y abuso de ese don conseguido después de años de silencio forzado. También es la rabia que me producen las injusticias. ¿Es lícito o incluso sano que nos podamos despellejar unos a otros impunemente, aún sin motivo que lo justifique? ¿Es esa la máxima expresión de la libertad? ¿Estar en contra de ello me convierte de repente en reaccionario? Peor aún, ¿en un ingenuo, un débil?
No lo sé. No me importa. De repente me siento cansado.
Yo también estoy muy cansado, cuando se perfectamente que es todo una absoluta farsa, y corresponde a unas pautas ya un tanto caducas.
ResponderEliminarHabría que garantizar la libertad de audición, además de la de expresión. Garantizarla al detalle.
ResponderEliminarDe lo poco que he aprendido en mis estudios, cosa que ya sabía por propio sentido común, es que la libertad termina donde empiezan los derechos de los otros..
ResponderEliminarNo creo que te sientas cansado, más bien diría que es impotencia. Esa consciencia y certeza de que por mucho que nos quejemos no conseguiremos cambiar nada. Nos sentimos, por un instante, sólos y pequeños, muy pequeños.
ResponderEliminarEntonces volvemos a nuestra burbuja donde estamos rodeados por gente que merece la pena y volvemos a sonreír dejando de lado lo que - y esto es una sensación mía - da la sensación que no nos concierne.
Sentirse libre es algo que no sabría decir qué es. Tal vez, por un momento, soltar esa rabia e impotencia que tenemos dentro, nos haga sentirnos libres.
Tal vez sentirse libre sea liberar los sentimientos. No lo sé.
Yo tampoco creo que sea cansancio. En parte si, por estar cansado de siempre la misma historia, pero en parte impotencia por volver otra vez a lo mismo. Yo misma pensé en escribir un post similar, pero finalmente decidí que no merecía la pena...
ResponderEliminarMalatesta, entiendo como te sientes, quieres hacer algo pero no quieres dejarte la piel en el intento, al menos no consideras que merezca la pena...
ResponderEliminarEstoy con Ana cuando dice que tu libertad acaba donde empieza la libertad del que está a tu lado... hay quien no lo sabe ver...
Un beso.