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De vez en cuando alguien entra y abre un libro. Esta es mi tribu. No somos muchos, a veces un par por vagón, otras ninguno. Depende mucho del tren que se trate. El de las siete de la mañana va lleno de tropa, gente joven, ruidosa, jovial y que va acompañada de otros militares. Pocos colegas de lectura aquí. En el de las ocho menos veinte predominan los estudiantes. Los que no van en bandada se enchufan los auriculares o juegan con móviles y mini-consolas. Alguno saca apuntes, pero son la excepción. El de las tres promete más. Lleva a gente que vuelve del trabajo, sobre todo mujeres, entre las que he descubierto más afición a la lectura que entre los varones. Quizás sea una estupidez, pero me alegra coincidir con gente que lee, aunque sea novelas rosa.
Hoy, sin embargo, no lee nadie en mi vagón. Ni siquiera yo, pues esta vez me dedico a escribir mientras disfruto del piano de Ludovico Einaudi. Hoy viajo especialmente solo.
como bien dices, las mujeres son por lo general, más aficionadas a la lectura que los hombres....¿qué leen los hombres en el metro? principalmente el 20 minutos, el Qué! o, sobre todo, el Marca
ResponderEliminarSiento no haber estado en ese tren para hacerte compañía.
ResponderEliminarPor aquí abundan los lectores de tren, quien no lleva libro tira de periódico...
ResponderEliminarUn beso.
Yo me he hecho la dormia alguna q otra vezz en el tren para no pagar y funciona,sin embargo cada vez q he ido leyendo he tenio q acoquinar.
ResponderEliminarEn los autobuses tampoco hay muchos lectores de libros, pero imagínate los que puede haber en la cafetería donde desayuno (cuando lo hago sola, que, eventualmente, gozo de muy buena compaña). Por cierto, ya tengo la siguiente remesa preparada ;)
ResponderEliminarEsa soledad que mencionas si es fulera.... En cuanto a leer, en el subterraneo, por aqui todas las tardes de puebla de lectores del diario gratis que regalan. Libros se ven unos cuantos y muy variados.
ResponderEliminarEn cuanto a mi, mi mesa de luz desaparecio para dar paso a una biblioteca. Y ya me quedo chica.
Pues yo soy de esa tribu.
ResponderEliminarSiempre voy leyendo en el tren y cuando por lo que sea me he olvidado el libro me queda esa sensación de haber perdido el tiempo mientras viajaba. Lo de esperar sentada 30 minutos sin hacer nada hasta que llego a Cádiz o vuelvo a puerto Real todos los días me resulta desesperante.
Pequeña tortuga, conmigo el Marca lo lleva claro. Creo que debo ser de los poquitos españoles que no lo ha comprado nunca.
ResponderEliminarLunaria, ya sabes, un día de estos te vienes conmigo y echas el día en Cádiz.
Miada, envidia me dais.
Ja, ja, ja, Timimi qué sabionda eres. Eso te resultará a tí, porque a mí el otro día me despertó el revisor. Y menos mal, porque si no me cuelo en El Puerto.
Ana, el lunes es día propicio para realizar la entrega.
Lady Zurikat, nosotros tenemos dos muebles enteros llenos, y algunas baldas con doble fila. Bueno, menos una de las estanterías, que está llena de juegos de ordenador.
Yedra, raro es que no hayamos coincidido ya, sea en el tren o en el gimnasio. Estaré atento.
Qué bonito post. Te lo digo yo, que soy librera, jajaja. Hay que leer, hay que leer!
ResponderEliminarUn libro es el mejor compañero de viaje, no solo en el tren o el autobús, sino en la vida.
Un beso.
Yo formo parte de la sub-tribu que lee en el atasco. Siempre tengo alguna revista (más ligera y concentra menos, lo cual va bien cuando el semáforo se pone en verde), aunque viendo la magnitud de los atascos en BCN he decidido probar fortuna con un manual de ruso.
ResponderEliminarSaludos!
Mi versión dinámica es con reproductor mp3 o loro del coche; los libros forman parte de mi versión pasiva o latente, y los leo mientras espero en una consulta médica, en la pausa del almuerzo, mientras espero a mi hija a la salida del cole...
ResponderEliminarVaya, vaya, tenemos una librera en el club. Bueno es saberlo.
ResponderEliminarTony, el ruso va a ser cada vez más el lenguaje de la mafia en lugar del italiano, así que no desfallezcas.
Ismo, hay pocas actividades más pasivas que dejar que un tren te lleve de A a B parando inexplicablemente 15 minutos cada vez en C, D y E.
Yo cojo el transporte público sólo cuando voy de esparcimiento a otras ciudades y suelo ir bien acompañada de gente con la que compartir una interesante conversación, aunque he descubierto que en los trenes de larga distancia -que me ha tocado coger este año asiduamente- los libros se llevan más para comenzar a charlar con los demás que para leerlos, porque siempre conoces gente bastante interesante en ellos y nunca llegas a leer más de tres páginas (hasta que abren las camas y cada uno se va a su pequeño espacio vital -menor del necesario xD )
ResponderEliminarEstaba recordando la versión dinámica andar-con-libro, de la que me separan algunas farolas :):)
ResponderEliminarSemanalmente voy en tren de cercanías.
ResponderEliminar40 minutos de trayecto. Leo, escucho música... incluso enciendo el ordenador para trabajar un rato.
A esas horas de la tarde-noche no viaja casi nadie.
Eso sí, más de una vez me encuentro en el andén con algún conocido con quien parlotear un rato.
Sí, parlotear. Rara vez hablamos :).
Ludovico Einaudi...
Besos!!
Yo también soy compañero de lectura, jejeje.En el autobús solo leemos un par, y a muchos les molesta que encienda la lucecilla, y susurrean.Y yo paso la página.
ResponderEliminarEfectivamente es una gozada ver a tanta mujer leyendo.
ResponderEliminarHay otra zona horaria bastante amplia, que es la de compartir la prensa de distribución gratuita. También es muy gratificante. Lo peor:
LA FALTA DE EDUCACIÓN DE LOS QUE PONEN LAS PATAS EN EL ASIENTO DE ENFRENTE.Aunque sea para leer...
¿De que libro me hablabas??? El unico que mencione una vez es El Amante de Rojo de Alejo Brignole, y tiene un final que queda solamente el lector con el libro en la mano, no es un final feliz para nadie, ni para el autor creo. Un personaje se llamaba Kenneth y termino finado de un certero balazo.... A ese te referias??
ResponderEliminarDescarao que sí, Carlos. Y ya que hablamos de mala educación en el tren, ¿qué tal los que colocan sus cosas en los asientos, en lugar de en los portaequipajes? ¿Acaso su bolsa ha pagado billete también? Ven que hace falta sitio y no los quitan hasta que se lo pides, y encima te ponen mala cara. ¡Brrrrrrr!
ResponderEliminarOH! y ya que estamos con al educación , ¿que decís de aquellos que hacen que por fuerza tengas que enterarte de toda su conversación aunque estén sentados 7 asientos mas atrás del tuyo? perdone señora no esque yo sea cotilla,es que es inevitable engancharse a su telenovela personal.
ResponderEliminar¿y de los que cantan carnavales o en su defecto cualquier otra cosa y para colmo se acompañan dando golpecitos en el respaldo de tu asiento? ¿y de los que juegan con las musiquitas del movil?
En ocasiones como estas me sale la vena misántropa...
Hola Malatesta!!
ResponderEliminarRegreso aunque nunca me haya ido...solo un poco mucho bastante distraida por mi cotidianedad marciana, digamos...
Muy divertido tu post de Toby...eres un artista multidiciplinario, ahora tambien performancista!!...bueno, bueno...
Aqui tengo que decir que se lee mucho, yo incluso..entre periodicos y libros..mientras los estudiantes malabaristas andan con celular en un oido y mp3 enchufado en el otro..
En Italia prolifera el celular para sobrevivir la 'soledad' del viaje...a veces leo con el ipod puesto, para no escuchar los mal educados que hablan como en el como si estuviesen solos...
Un abrazo!!
Chico no engañes al personal porque tú no has leido palabra en tu vida. Además todo es cuestión de selección natural, los lectores desaparecen porque no se adaptan a las nuevas condiciones ambientales, por eso están en vías de extinción, son prescindibles. Si persistes en asegurarnos que lees, tal vez algún día te tengamos que ir a ver a un zoológico, como bicho raro, y debamos guardar tu código genético, por si algún día te necesitamos. Saludos desde el Reino de Granada (que incluía tu querida y bonita sierra).
ResponderEliminarhola, yo soy de las que van escuchando musica ya que leer en movimiento me marea.
ResponderEliminarHe notado q son pocos por lo menos los que van en mi colectivo los que leen libros, revistas, diarios y en cambio se ven mas en epocas de estudio sobre todo muchos universitarios.
saludos desde Arg. Baires 17:50
Saludos, camarada. Voto a Dios que adoro volver a veros. Un placer visitar su bitácora.
ResponderEliminarFdo: El Capitán Alatriste.
Je, je, Yedra, se nota que las chirigotas no son santo de tu devoción.
ResponderEliminarPionono, si los lectores somos bichos en extinción, ¿qué decir de los lectores que además son filósofos? Un abrazo desde la tacita.
Caro Galu, Capitán, sean vuestras mercedes bienvenidos. Por favor, siéntanse como en su casa.
Muchas Gracias, y lo mismo digo va a ser un placer volverlo a ver por el encuentro de mi alma-
ResponderEliminarLe contare algo, ayer volviendo a casa (colectivo)ya tarde, me acorde de usted. Es verdad son pocos los que atinan a leer algo en su viaje, pues yo me encontraba escuchando mi musica trasportandome en mi otro mundo y dibujando.
Recorde sus palabras son pocos los que hacen algo distinto para pasar ese tiempo.
Un Abrazo
Pocas cosas más satisfactorias para mí que sentarme en cualquier metro de transporte y descubrir que el libro que lleva entre sus manos tu compañero de viaje es de alguno de mis autores favoritos. No hay mejor manera de entablar conversación y amenizar el viaje.
ResponderEliminarSaludos.
Simplemente Gracias.
ResponderEliminarUn saludo fuerte.
EL SOL SIEMPRE SALDRÁ EN LA BAHÍA
Galileo Galilei
seguro que en el fondo ibas releyendo algo, aunque fuera mentalmente.. no viajabas solo, viajabas superaccompañado pero tendemos a no darnos cuenta ..
ResponderEliminarfrikineka..jaja
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