domingo, 23 de abril de 2006

La delgada línea roja

"No hay nada que te haga olvidar la guerra, aunque vuelvas a empezar de cero. La guerra no ennoblece a los hombres, los convierte en bestias, corrompe su espíritu. La soledad y el vacío de unos hombres obligados a luchar contra un enemigo que en realidad son ellos mismos. La oscuridad tras la luz, el conflicto tras el amor, son el producto de una sola mente, las facciones de un mismo rostro."Este es un fragmento de La delgada línea roja, una novela publicada en 1962 por James Jones, también autor de De aquí a la eternidad. El libro fue llevado al cine por Terence Malick en 1998. Aunque basadas obviamente en la misma historia y personajes, se trata de dos obras maestras diferentes. Y no sólo por el medio.
Una anotación previa. La expresión “La delgada línea roja” se usó por primera vez tras la batalla de Balaclava (1854) para referirse a la fina línea de infantería británica de dos en fondo que repelió una carga de caballería rusa. Por otro lado, existe un proverbio americano que dice “There's only a thin red line between the sane and the mad” (Hay sólo una delgada línea roja entre el cuerdo y el loco). Esta es la delgada línea a la que se refiere la obra.
En mi caso primero leí el libro. Por circunstancias que no vienen al caso además me tragué el original en inglés. Me cautivó desde el principio. En primer lugar por el tema: las vivencias de una compañía de infantería de los Estados Unidos durante la batalla de Guadalcanal. Los que me conocéis ya sabéis que me encantan las historias de batallas, a pesar de declararme pacifista.
Jones participó en la guerra del pacífico, así que puede contar de primera mano lo que sufre un soldado de infantería, la carne de cañón de todo enfrentamiento bélico. Pero que no nos lleve a engaño. Ya desde la introducción el autor nos aclara que no se trata de un libro de historia. El único hecho real en el que está basado es la existencia de la batalla de Guadalcanal, pero ni la Compañía “C” del 1er Batallón, ni el desarrollo de la batalla tal y como se relatan en la novela son reales. Se trata más bien de un escenario, donde una gran cantidad de actores, desde el general al soldado raso, van a desarrollar su papel.
Por otro lado me enganchó el mensaje. Frente al sentimiento colectivo que impregna casi toda la literatura bélica, Jones individualiza los sentimientos de cada hombre dentro de una obra coral. El tema principal gira en torno a cómo se enfrenta cada hombre a la situación límite que es una guerra. ¿Qué es cobardía? ¿Qué es valor? ¿Hasta dónde se supone que se ha de sacrificar un hombre por su patria?
Por último, está el lenguaje usado. No he leído mucho en inglés, pero me gusta mucho el contraste entre el rico lenguaje de las descripciones y de los pensamientos, y el barriobajero de los soldados. Los yankis no tienen la riqueza de tacos de nuestra lengua, pero los pocos que tiene Jones los usa a destajo.
La película es casi una obra aparte. Se trata en esencia de la misma historia, lógicamente acortada por exigencias de tiempo. Sin embargo, el enfoque de de Malick es distinto. Los pensamientos de los soldados toman mucho más relevancia en la película, y también son más trascendentes. Si el libro nos muestra el funcionamiento de la maquinaria de guerra, y la crudeza de la misma, la película es casi como un bello poema antibelicista, al mismo tiempo que una reflexión sobre la condición humana. La música y las imágenes de la naturaleza son el marco perfecto para los pensamientos de los personajes escuchadas como voces en off.
En la película la diferencia entre los personajes es aún más marcada. Tenemos a Witt (Jim Caviezel), el héroe. El soldado que es capaz de morir por sus compañeros porque los ama. Es el extremo del ideal del colectivo y trascendente frente al sargento Welsh (Sean Penn), que representa al individualismo y al pesimismo más descarnados. Otros personajes antagónicos son el coronel Tall (Nick Nolte), que prima su éxito personal frente a la vida de sus hombres, frente al capitán Staros (Elias Koteas), que los cuida como a sus hijos. Completan un excelente reparto actores como George Clooney, Woody Harrelson, John Travolta, John Cusack, Bien Chaplin o Adrien Brody.
Resulta marcardo el contraste con otra película de guerra estrenada con poca diferencia en el tiempo: Salvar al soldado Ryan. No por criterios de calidad. En su estilo, la peli de Spielberg supuso una revolución, por la calidad de las imágenes de acción. De hecho es la única película que he ido a ver al cine dos veces. Sino por el mensaje y la estética. Mientras Salvar al soldado Ryan comenzaba y terminaba con un primer plano de la bandera americana, en La delgada línea roja no aparece una sola bandera en todo el film. Mientras en la primera salvar la vida de un enemigo se saldaba con la muerte de un compañero, en la segunda se nos presenta al enemigo como otra víctima más del sinsentido de la contienda.
Y mientras, la naturaleza ni se inmuta mientras sus hijos se despedazan.
Posiblemente una de las mejores películas bélicas de la historia. Al menos en mi modesta opinión.

9 comentarios:

  1. Hace poco que vi la película (el libro no lo he leído), aconsejada por mi mentor cinematográfico-literario-musical, con el que, por cierto, todavía mantengo una apuesta acerca de esta película. Realmente sublime.

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  2. La película es sublime. Un amigo me decía que el soldado Ryan, tostón que no salva el excelente rodaje del desembarco, es la visión de la guerra por parte de un periodista, salvo la ñoñería típica de su director, La delgada línea roja es la visión de un poeta de la guerra. El libro tampoco lo he leído.

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  3. La pelí la he intentado ver varias veces, pero aún no he conseguido terminarla.

    “¿está el enemigo?, que se ponga”.

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  4. Malandrin! yo te quitaba la espada de espadachín barato con colonia old spice, y la usaba para huntarme unas tostadas del Kiosko Oca, con napalm, autentico y picantito.

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  5. Tienes razón, gran peli y es de las que hay que ver en el cine.
    Normalmente me adapto a todo tipo de medios para ver una película sí ésta me gusta, pero hay películas que son para el cine, todo cambia con esa pantalla gigante por delante de tus ojos...

    Un beso.

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  6. Este es uno de esos raros casos en los que la película se puede considerar de igual o superior nivel a la novela. Si tienes tiempo, disfruta de las dos. Si no, busca la película.

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  7. A mí no acabó de convencerme cuando la vi y, como te he leido ya alguna otra vez hablando bien de la película, me he prometido volver a verla cuando se me ponga a tiro.

    Se agradece la mención a Balaclava y los highlanders de CAmpbell... no puedes imaginar la de conjeturas que he escuchado sobre lo que significaba "línea roja" desde que la peli hizo famoso el término; como le dije una vez a alguien: "no, lo de roja no es por la sangre" ;)

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  8. En relación con el origen de la línea y las líneas rojas, puede leerse este artículo:

    http://www.europarl.europa.eu/transl_es/plataforma/pagina/celter/bol78.htm

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  9. Buenas

    ¡Pardiez! Vive Dios que efectivamente, sobre gustos no hay nada escrito. Sin embargo, maese Malatesta, debo hacerle notar el curioso hecho de como dos gentilhombres que han leído el mismo libro antes de ver la película, llegan a conclusiones y pareceres diferentes sobre la misma.

    Un saludo

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