martes, 25 de abril de 2006

La perdiz

Llevaba cartucho del 7 en el cañón corto, y del 6 en el largo. Plomo grueso, bueno para tiros a larga distancia. Siempre le tuve mucha fe al cartucho del 6. Supongo que era algo psicológico, o simplemente que cuando tiraba el segundo ya estaba más tranquilo. Pero la verdad es que siempre tuve un porcentaje de acierto mucho mayor con este plomo.
Había algo de viento, pero en general hacía un buen día. El tiempo que ha pasado me impide recordar muchos detalles, pero sí recuerdo que subíamos pesadamente una loma por su vertiente izquierda.
Cuando todavía no habíamos coronado una perdiz nos sorprende. Arranca desde lejos, haciendo su característico ruido de helicóptero al volar. Es plomo perdido. La distancia es demasiado grande. ¿100, 150 metros? Y subiendo, a medida que la perdiz atraviesa el valle hacia otra loma. Sin embargo, sin mucho convencimiento, quito el seguro, apunto cuidadosamente, y desplazo el dedo al segundo gatillo, al del cañón largo. Allí aguarda mi cartucho del 6.
¡Pum! De momento no pasa nada, pero un segundo más tarde el desafortunado pájaro cae a peso. Mi padre, que al igual que yo daba la pieza por perdida, coge su gorra y la lanza al suelo, al tiempo que dice algunos exabruptos, que son miel para mis oídos.
Aquel, sin duda, fue mi momento de gloria de caza. Ni mi primera pieza, ni mi primera liebre. Aquella perdiz lejana.

12 comentarios:

  1. Si tan buena punteria tienes, ya no me meteré más contigo, pájaro ;)

    ResponderEliminar
  2. No alcanzo a comprender el placer de la caza, no digo que no exista, ni que sea malo o bueno, cada uno disfruta de lo suyo como quiere... simplemente mi mente no lo entiende...

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Espero que Tico no sepa nada de esto...

    ResponderEliminar
  4. La codorniz, gran revista comica.

    ResponderEliminar
  5. Bellísimo recuerdo, pero mejor artículo. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar
  6. Bellísimo recuerdo, y todavía mejor artículo.
    ¡Enhorabuena por las dos cosas!

    ResponderEliminar
  7. Hubo mucho de suerte. A tanta distancia un tiro de escopeta abre bastante, así se puede decir que la pobre perdiz tuvo mala suerte.
    El tema de la caza merecería un artículo aparte. Comprendo a sus detractores, porque aunque no me creáis, siempre me dieron lástima los animales, y odio que sufran. Pero la caza es mucho más que apretar el gatillo...

    ResponderEliminar
  8. Nunca he dudado de que la caza es algo más que apretar un gatillo, tiene que ser algo más, entiendo que es compartir, luchar, una dura pugna con el animal, superar su instinto de supervivencia...y muchas cosas más que yo desconozco...pero yo sigo en mis trece...

    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Qué le pasa a la testa de Malatesta? Soy yo sola o es que ha desaparecido el dibujo tan chulo?

    ResponderEliminar
  10. Mientras no caces chivitas ni cabritas dormiré tranquilo

    ResponderEliminar
  11. seguro que la mataste del susto.
    ¿la hiciste con piñones?

    ResponderEliminar