Totito me está metiendo en la mala vida de los artistaaaaas que recorren el mundo de concurso en concurso para ganarse el pan con aceite y tomate. Y un café con leche cuando pueda si es tan amable, por favor.
Esta vez ha sido Villamartín, y más concretamente la Hacienda El Rosalejo, lugar de rancio abolengo, aunque allí no había rancio ná. El arroz un poco duro, eso sí.
No estábamos muy inspirados mi colega y yo, así que en lugar de acabar los cuadros, nos hemos dedicado a pasar "uno de los mejores momentos de nuestra vida" (palabras textuales del individuo) de siesteo bajo unos olivos antes de tirar para casa. Por cierto, qué buen partido el de la final de Wimbledon.
Total, que el cuadro lo terminaré un día de estos, aunque me da a mí que ya no va a entrar a concurso.
Como véis ya se me ha pasao la pájara. No hay nada como el aaaarte para elevar el espíritu.
ResponderEliminarPues oye, el cuadro se ve la már de apañadito. Me gusta. Pero con ese sol, mejor has hecho dejando los pinceles y relajarte. Besitos.
ResponderEliminarBueno... quiza el cuadro incompleto ya sea una obra de arte a su manera.
ResponderEliminarAl fin y al cabo, que es el arte?
La siesta es todo un arte, no te infravalores.
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