viernes, 10 de abril de 2009

El becerro de oro


1. Cuando el pueblo vio que Moisés demoraba en bajar de la montaña, se congregó alrededor de Aarón y le dijo: "Fabrícanos un dios que vaya al frente de nosotros, porque no sabemos qué le ha pasado a Moisés, ese hombre que nos hizo salir de Egipto".
2. Aarón les respondió: "Quiten a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas, las argollas de oro que llevan prendidas a sus orejas, y tráiganlas aquí".[...]
4. Él recibió el oro, lo trabajó con el cincel e hizo un ternero de metal fundido. Ellos dijeron entonces: "Este es tu Dios, Israel, el que te hizo salir de Egipto". [...]
6. Y a la mañana siguiente, bien temprano, ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y después se levantó para divertirse.
7. El Señor dijo a Moisés: “Baja en seguida, porque tu pueblo, ese que hiciste salir de Egipto, se ha pervertido.”
Éxodo, capítulo 32


Cuando era chiquitín y creía todo lo que me decían las personas mayores, vivía intensamente las procesiones de Semana Santa. Luego me hice mayor y comprendí que se trata de un ritual. Algo similar a asistir cada dos domingos al fútbol, aunque con mayor carga mística.
Es comprensible que una procesión ponga los pelos de punta. Os puedo asegurar que yo no soy lo que se dice un católico practicante, precisamente. Agnóstico, más bien. Sin embargo más de una vez se me ha erizado el vello por el ambiente, la música, las velas, la solemnidad del momento. Recuerdo una tarde en Ceuta, antes de coger el lento que me llevaría a casa, que los legionarios consiguieron conmoverme con su Novio de la Muerte mientras sacaban a hombros a la Virgen de la Amargura de la Catedral.
Pero hay quien va mucho más allá. Lo sorprendente del caso es que haya tantas personas que veneran imágenes procesionales. No al Cristo, o a la Virgen, sino al Cachorro o a la Soledad, por poner dos casos. Y no me refiero a lo absurdo del asunto. Cada cual es libre de venerar lo que quiera. Sino porque contradice totalmente la doctrina de la Iglesia dentro de la que se supone que militan.
O quizás no sea tan sorprendente. Al fin y al cabo, a todos nos hace falta un becerro de oro al que agarrarnos.

15 comentarios:

  1. Lo que importa es que nos saquen de Egipto, ¿qué más da el dios que lo consiga? A los dioses los creamos nosotros, lástima que siga en el candelero ese Dios caduco creado por esclavos, que vino para exterminar a los otros dioses (el pobre dragón pagano que yace a sus pies).

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que esto de adorar imágenes es una forma de hacer domésticos a los dioses, de tenerlos cerca.

    Las procesiones forman parte del marketing eclesial. Para la Iglesia son como una especie de ferie de muestras, así que no me parece extraño que hagan manga ancha y den algo de rienda a la idolatría. Es algo así como cuando Jimi Hendrix se ponía a hacer molinetes y follarse a su guitarra; si entre la parafarnelia conseguía marcarse un buen blues y que la gente apreciase la diferencia, valía la pena el numerito.

    También es verdad que gran parte de la Iglesia católica no participa de forma entusiasta de algunos ritos de la Semana Santa. Los jesuitas, por ejemplo, siempre me enseñaban que lo importante era vivir la Semana Santa hacia dentro, no hacia fuera.

    ResponderEliminar
  3. Lo realmente grave es que el dogma de la Iglesia está basado en el odio y el temor. ¿De qué iban a vivir si no estos sinvergüenzas estafadores?

    Están enfermos. Dos personas que no se casan y tienen hijos no son una familia. No predican con el ejemplo. El homosexual está enfermo. No al aborto bajo ningún concepto. No al preservativo. No a la diversidad. Sí al miedo.

    Sabeis que digo: QUE LES JODAN

    ResponderEliminar
  4. A mi es que las procesiones me dan como grima...tanta sangre, tanta tortura, tanto crucificado agonizante...que mal rollo...

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  6. Hablando de sangre, ayer volví a ver "La Pasión de Cristo", del ultra-católico Mel Gibson. La verdad es que me volvió a impresionar. Cuidaíto la mala idea que tenemos los humanos para con nuestros semejantes. La primera vez que la ví no me dí cuenta de que el prota es James Caviezel, el Witt de La delgada línea roja. Muy convincente, en mi opinión.

    ResponderEliminar
  7. James Caviezel me convence de todo,sí...;D

    ResponderEliminar
  8. A mi también me convence, muchísimo...totalmente...convencida.

    ResponderEliminar
  9. Yo tampoco me di cuenta cuando la vi que era el Caviezel (mira que tiene un apellido difícil el hombre), pero sí, también me convence. Del todo :P

    ResponderEliminar
  10. Sinceramente, yo fundiría el ídolo y me llevaría el oro...

    Si hay dios en este mundo es el dinero, eso está claro, ya que todo gira en torno a él. Sobre todo la Iglesia Católica...

    Puede que nos mire desde ahí arribe, y diga, "Estan locos, estos humanos..."

    ResponderEliminar
  11. Bueno... yo soy agnostico pero creo en Santa Bárbara. :)

    ResponderEliminar
  12. está de moda ser agnóstico o ateo pero al final todo es lo mismo...

    ResponderEliminar
  13. Lo dice porque la foto que ha escogido para el perfil es la del día del bautizo de su retoño,...No sé de modas,Baraka,pero sí que para mi perfil es imposible que eligiera como tú,porque los míos no están bautizados,como rigen los principios que el padre y yo seguimos...Y me da a mí en la nariz que los principios están fuera de onda,mira tú...Claro que generalizar tiende a hacernos errar...no crees?

    ResponderEliminar
  14. Ah! qué poder de convicción el de Caviezel...Baraka!en ese principio también creo XDXDXDXDXDXDXD

    ResponderEliminar