jueves, 4 de noviembre de 2010

Regreso al futuro

De un tiempo a esta parte tengo la desagradable sensación de vivir en el futuro. Como si fuera uno de esos personajes dickensianos que hacen viajes espirituales para poder encaminar sus vidas. Como si mi auténtico yo fuera el que vivió los años 90, y hubiese viajado al 2010 a ver qué tal le iba a ir en la vida.
No creo que la razón estribe en los adelantos tecnológicos de los que disfrutamos hoy en día. Salvo lo relacionado con las tecnologías de la información y las comunicaciones, el mundo en el que vivimos no se diferencia en gran cosa del de hace un par de décadas. Seguro que habrá quien discrepe, y tendrá sus razones; pero en lo esencial, y salvo que España ha ganado un mundial, poco nuevo bajo el sol. Los que hemos cambiado somos nosotros. Me refiero a mí mismo y a la gente de mi entorno. Por no hablar de los que se fueron para no volver.
El otro día reuní a buena parte de mi clase de la EGB. En mi colegio solo había una línea (una clase por curso), así que compartimos algunos hasta nueve años muy importantes en nuestras vidas. Ni que decir tiene que echamos un rato muy bueno. Por unas horas volvimos a ser como niños, recordando las trastadas que nos hacíamos los unos a los otros. Días más tarde, al ver las fotos que nos hicimos y compararlas con las de los años de colegio, volvió esa desagradable sensación.
Será que no estoy aceptando muy bien el devenir natural de las cosas. Quizás la crisis de los cuarenta, que me visita unos años antes de tiempo. Si alguien tiene la cura para esta alienación temporal, soy todo oídos. O una cura, o un DeLorean con condensador de flujo, claro está.

4 comentarios:

  1. Siento decírtelo, Malatesta, pero esa es señal inequívoca de que te estás haciendo mayor, por mucho que quieras recalcar que todavía no te toca la crisis de los cuarenta :P
    Además, se te cae la babilla mientras duermes la siesta :)

    Besines!

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  2. He de admitir que lo de la babilla es rigurosamente cierto. Y no solo en la siesta, sino también en presencia de un potaje de tagarninas.

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  3. Bueno, y no sólo ante el potaje, porque qué me dices del provolone de ayer eh eh.

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  4. Yo reconozco que no asumo la edad que tengo, no me siento con ella, no lo acabo se asimilar...así me pasa lo que pasa, que me andan todo el día diciendo que ya no tengo edad para hacer las cosas que hago....

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