He descubierto con agrado que colorear con rotuladores me transporta a la infancia, a esas entretenidas tardes donde tu mayor preocupación era no salirte de los bordes, y (este truco me lo enseñó mi madre) procurar que la dirección del rayado fuera más o menos constante.
Uff, yo lo odiaba, en serio, lo odiaba, siempre me salía de los bordes, SIEMPRE!!! Por eso deje de colorear, y solo hacía los dibujos a lápiz, me quedaban monisimos e ideales, pero mi profe siempre me reñia por no colorearlos y me suspendía :_ (
ResponderEliminar[y este es solo uno de los muchos traumas que arrastro de la infancia]
Tio! por favor, compórtate que tienes una edad ;)
ResponderEliminarTe ha quedado chulísima!
ResponderEliminarEso sí, yo estoy con illeR: yo también odiaba colorear, pero no porque me saliese de los bordes (técnica depurada que tenía una para evitarlo), sino porque me aburría pronto de usar cada color. De ahí el 'despellejamiento' de la mina de los Carioca, por las prisas por terminar antes :)
Por cierto, ésta es la que te comentaba ayer.
Besines!!