viernes, 28 de junio de 2019

El reloj de arena


El reloj de arena
Acrílico sobre cartón entelado
40 × 30 cm

Este pequeño cuadro es en realidad una ilustración, inspirada en el texto homónimo de Vanessa Encabo que transcribo al final de esta entrada. He tratado de ser lo más fiel posible al texto. La autora pide que entre todos rompamos los relojes de arena que matan con la intolerancia y la incomprensión. Como única aportación original, he pintado el skyline de Puerto Real, al estilo de los cuadros decorativos que representan grandes ciudades . 

Ha sido mi aportación a la exposición "Amar está por encima de todo", organizada por la asociación LGTBI+ de Puerto Real "Amare", y con la colaboración del Ateneo Literario de Puerto Real y La Máquina Creativa.

La exposición, que se inauguró ayer, estará abierta en el Centro Cultural del Paseo Marítimo en horario de mañana hasta el 12 de julio.





Os dejo por último el texto de Vanessa.

El reloj de arena

La luz helada, muerta, fantasmal se filtra a través del cristal, y yo, frío, moribundo, espectral observo los escaparates, las calles y plazas que se llenan de una vivacidad que parece no pertenecerme. La ironía de la situación me mortifica, pues precisamente es la zona que queda bajo el arcoíris la que vive en una escala de grises.
Otro grano de arena rompe el cielo sin clemencia, cayendo con un estruendo ensordecedor que hace que mi pulso tiemble como una hoja a merced del viento, y el mundo al otro lado del cristal no se detiene.
Esta vez solo ha sido un comentario con segundas intenciones, una  broma estúpida y cruel sin mucha vuelta de hoja, pero cuando llevas tanto tiempo dentro del reloj, cuando ha llovido suficiente arena como para sentir su peso aprisionándote el pecho, sabes  que estás a un grano menos de ahogarte y que te trague la  tierra.
50 relojes bisoños se llenan cada año en España, y al menos otros 950 luchan por mantenerse a flote a pesar de la grava. Relojes a los que les pertenecían más horas, relojes que viven bajo el arcoíris.
Así que solo te pido que no seas cómplice, que no calles, que me ayudes a romper los relojes de arena, porque solo si trabajamos juntos podremos terminar con la luz helada, muerta, fantasmal y traer los colores de vuelta.


Vanessa Encabo Pérez

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