jueves, 12 de octubre de 2006

El barco vikingo

Tendría unos doce o trece años, no lo recuerdo bien, y era el primer año que iba sólo a la feria. Por aquel entonces las niñas ocupaban un lugar secundario entre mis prioridades, y las casetas me parecían sitios aburridísimos donde perder las escasas horas de libertad. A mi modo de ver, lo mejor de la fiesta seguían siendo las atracciones.

Aquel año había una novedad: al barco vikingo le habían montado unas jaulas a proa y popa. De ser una atracción bastante sosa pasó a ser la estrella del momento, junto con el ovni. Para los que nunca seremos turistas espaciales, los escasos segundos del punto álgido de cada mecida son lo más cercano que hemos estado de la gravedad cero.

Uno de los días un amiguete y yo llegamos temprano a la feria. Todavía no habían llegado los mayores, así que las atracciones estaban casi vacías. Aprovechando la ausencia de colas subimos al barco. En nuestra jaula acertó a montarse también un gitanillo con unas greñas a lo Camarón, quizás un par de años menor.

Pasaban los minutos y aquello no se movía. Estará esperando más clientela, pensaba yo. Pero no, al rato se despejó la incógnita. Para mi sorpresa y la de mi amigo, vimos como el dueño de la atracción rodeó tranquilamente el aparato, cargando en el hombro la llave fija más grande que había visto en mi vida, y se metió en las tripas del monstruo. Empezamos a ponernos nerviosos. Para relajar la tensión, o quizás queriendo hacer amigos, el gitanillo empezó a darnos palique.

- Mirad lo que me ha tocado en la tómbola.

El chavalín se sacó de dentro de los pantalones un machete estilo Rambo de esos con la funda de camuflaje. Para dejar patente la valía del premio, no se le ocurrió otra cosa que desenfundar la medio espada, que parecía aún más grande en su manita morena. Ahí fue cuando nos quisimos morir. De esta no salimos. Ya me imaginaba yo saliendo por los aires en uno de los bandazos, dentro de una jaula con un locuelo dando mandobles con semejante cuchillo.

Con mucho tacto le alabamos la adquisición, y le convencimos de que lo mejor era guardarlo donde estaba, no se le fuera a perder. Justo a tiempo, porque el dueño había dado con la tuerca floja y el barco zarpaba ya, rumbo a la estratosfera.

13 comentarios:

  1. Me acuerdo de la ultima vez que me monte en un bicho de esos, fue hace tres años y la duracion de la atraccion fue muy larga, tanto que hasta un astronauta de la NASA hubiera salido dando tumbos, yo sali muy palido de alli, tanto que casi me tienen que echar crema solar factor 1000 porque cualquiera hubiera creido que era albino :D estuve todo el dia mareado...

    Por cierto estais todos invitados a la feria de Jaén hasta el 18 de octubre, este año parece que no va a llover ¡¡increible!! va a haber que tomarse en serio eso que dicen del cambio climatico.

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  2. Juas, menos mal que se puso en marcha el barquito. De enana no dejaba escapar ni uno de esos cacharros, ahora lo paso fatal incluso en los de los más enanos...

    Un beso.

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  3. Pues yo ni de pequeña ni ahora me montaría en esos bichos. A parte del consiguiente mareo que me pillo no me gustan nada.

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  4. Grandes esos tiempos de feria donde podiamos montarnos donde quisieramos...

    A mi tb me tocó una vez un machete de estos.

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  5. Y lo enfundó bien... el cuchillo digo, porque entre los bandazos del barco y el cuchillo suelto... ¡¡pa fiarse!!.
    La última vez que monté en un chisme de esos, juré y perjuré no volver a montar. ¡¡Y eso que no iba en la jaula!!.
    En Albacete, en la feria el barco lo ponen al ladico de un edificio. Tan cerca, tan cerca, que creo que los del piso ven los dientes de los que se montan.
    ¡¡Qué miedo... para los de dentro!!. ;).
    Besos

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  6. jajajaja!! Travesia aventurosa!
    De chiquita me traumatize' con las montañas rusas, de grande con todo lo de Disney world, sobretodo con el ascensor de la Torre del terror que cae por 13 pisos... inesperadamente! pero el masoquismo es latente...pues me sigo montando!

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  7. Felicidades por tu blog. Me ha causado una gran impresión por el trabajo y constancia implícita, a parte de la creatividad, calidad y enfoque de tus aportaciones.
    No te importe si finalmente decido añadirte como enlace en mi blog
    http://elclandelosoblanco.blogspot.com
    Un saludo.

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  8. Jol, qué bueno, las ferias cuando éramos pequeños!! No conozco a ningún crío al que no le gusten las atracciones. Nosotros no teníamos lo que tienen nuestros niños, sitios donde es feria permanentemente :)

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  9. A ver ¿esta es la guarida del famoso Malatesta?No me puedo creer lo de la vizcaina del calé, de acuerdo que en distancias cortas la esgrima puede poco, pero de eso a ...
    Me preocupas, tendré que venir mas a menudo a ver.

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  10. Ja, ja. Tienes razón, Carlos, no dí la talla como despiadado espadachín a sueldo, que se diga.
    Y es que a veces escogemos máscaras totalmente opuestas a como somos realmente... ¿o quizás no?
    Bienvenido, Viper, y gracias. Facemos lo que podemos.

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  11. Jo, en tu blog la mayoría d elas veces solo haces alusión a recuerdos pasados, o por lo menos eso es lo que me inspira.
    Barcos vikingos!!!! a parte de encantarem los de la feria en mis años de pivito endiablado, eran mi autentica obsesión a la hora de dibujar desde que aprendí a sostener un lapiz.

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  12. a mi esque me dan pánico todos esos cacharros...creo que con la edad me he vuelto cagueta.

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  13. Hola loco,pues si yo estaba presente tambien y es de las situaciones mas raras que he visto en mi vida,y si ,recuerdo que pase miedo y lo de la llave fue de pelicula de coña...
    Que memoria tienes...

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