Vaya semanita

Vaya semanita… que he pasado en el País Vasco. Como siempre, muy bien, tanto por los paisajes, como por la gente, y sobre todo, la comida. Han sido unas “vacaciones” un tanto especiales, ya que han sido por motivos laborales, pero al menos he conocido San Sebastián, y he disfrutado a tutiplén de la cocina vasca.
Como siempre que he ido por aquellas tierras, vuelvo con cierta tristeza. Si no fuera por lo que se suele llamar eufemísticamente “el problema” vasco, aquel sería un lugar estupendo para vivir. Y supongo que lo será para todo aquel que sea capaz de abstraerse de la política.
Para alguien de un valle del sur, escaso en árboles y azotado por el paro, es una maravilla conducir entre montañas cubiertas de bosques, y a pesar de todo ver actividad industrial a cada paso. Lástima de no haber llevado la cámara de fotos, porque ayer, por ejemplo, fui testigo de un magnífico amanecer junto al mar, cerca de Itziar, con los rayos solares iluminando por debajo una cubierta de nubes sobre una montaña en cuya cima se recortaba una solitaria cruz.
No conozco a gente más educada que los vascos. Mi experiencia personal es que da gusto trabajar con ellos. Lo que sí que he aprendido es a no tratar el tema de ETA. En primer lugar, porque si no están a favor de la violencia terrorista, ya sean o no independentistas, hablar de ello les resulta incómodo. Imagino que será porque de alguna forma se tiende a responsabilizar al conjunto de la sociedad vasca por los delitos de unos cuantos. La frase que más he escuchado a estos vascos cuando ha salido el tema es que chalados hay en todas partes. En segundo lugar, porque se corre el riesgo de que tu interlocutor, una persona en apariencia tranquila y pacífica, sí que esté a favor del terrorismo, y eso sí que es desagradable de descubrir.
Ahora que he vuelto, y que no corro el riesgo de incomodar a nadie salvo al que quiera leerme, dejaré mi opinión sobre el tema. Como ser humano repudio el terrorismo. Como andaluz y español, en el País Vasco me siento como en casa, ya que los lazos históricos y culturales que nos unen son bastante más fuertes de los que nos separan. No es un tema de nacionalismo (andaluz, vasco, español), una palabra vacía de contenido en los tiempos que corren, sino de cercanía entre pueblos.
Por otra parte, creo que si una mayoría importante de los vascos apoyaran la independencia, no habría fuerza moral para negársela. He leído algunas encuestas, pero aún no sé a ciencia cierta si esa mayoría existe. Quizás, el día que ETA desaparezca, pueda ser el adecuado para hablar de referéndum. Sin embargo, si tuviera lugar, y los vascos decidieran separarse del resto de España, creo que sería una decisión poco inteligente, en general nada beneficiosa, y sobre todo, muy triste.
Para no acabar melancólicos, aquí dejo un sketch de Vaya semanita que vi el otro día en la ETB2. Es otro de esos que imita el anuncio de Bruce Lee, pero claro, a la vasca. Sé tinto, amigo.