domingo, 16 de agosto de 2009

Soterrando voy, soterrando vengo

La llegada del AVE a Cádiz tendrá sus consecuencias en mi ciudad, Puerto Real. Como parte del proyecto de duplicación de la línea de ferrocarril, la vía, que actualmente divide la ciudad en dos, va a ser soterrada.

La decisión no vino exenta de polémica. Mientras el actual alcalde nos intentaba convencer de que tal obra iba a hipotecarnos durante varias generaciones, la ciudadanía pasaba de historias y apostaba decididamente por enterrarla. Al final, entre las distintas alternativas (soterramiento largo, corto y paso elevado), prevaleció un soterramiento corto, de menos de 800 metros de longitud. Menos da una piedra.

No es para difícil comprender el porqué del apoyo popular al soterramiento del tren. En Cádiz ha supuesto un cambio fundamental para la ciudad. El ferrocarril era un muro infranqueable que dividía el extramuros en dos. Ahora, la avenida Juan Carlos I, construida sobre el ferrocarril soterrado, es una vía de comunicación alternativa, que vertebra e integra.

En Puerto Real el cambio no será tan impactante, pero sí supondrá un acercamiento y una mejora en las comunicaciones, sobre todo para los que vivimos al norte de la ciudad.

Pero esta obra, que ya está en marcha pero durará al menos un par de años más, tendrá otras consecuencias. El actual puente sobre el ferrocarril será derruido en breve, ya que impide el desarrollo de los trabajos. ¿Dónde se anunciarán entonces las próximas bodas?


Y es que desde unos años, los próximos enlaces se anuncian en la parte central del puente. Es una costumbre extendida por los alrededores, ya que también he visto carteles similares en una pasarela de El Puerto y en el puente cercano a la estación de tren de San Fernando. Digo yo que debe ser herencia directa de la costumbre eclesiástica de anunciar las nupcias en el tablón de la iglesia. La idea era detectar a los polígamos. Si algún vecino sabía que uno de los cónyuges ya estaba casado, debía denunciarlo antes de que la boda tuviera lugar.

Ahora la motivación es otra: avergonzar al amigote. No me imagino otro motivo, sobre todo viendo las fotos que suelen sacar. Aquí el avance tecnológico se ha notado mucho. Antes los infortunados novios eran casi irreconocibles. Ahora se ven en todo color y con mucha definición. Lo que no ha cambiado es el mensaje, que suele ser del tipo ¡por fin se casan!. Lo cual no sé si es una confirmación del aumento de la duración de los noviazgos, o de la falta de imaginación de los amigos de los novios.

Hay excepciones honrosas a tal falta de imaginación. Como ejemplo, a continuación os muestro una foto que hizo Lunaria con el móvil de un cartel que nos hizo reír un rato.

Para el que quiera más información sobre el proyecto de soterramiento, adjunto un enlace a un documento publicado por el Ayuntamiento para licitar un concurso de ideas para el uso del espacio que se va a ganar tras la obra.
Pincha aquí para descargarlo.

4 comentarios:

  1. Con la verdad por delante diré que en estas horas, cuando el sol despierta, ha transcurrido mi noche entre pergaminos y letras sobre las enigmáticas fuerzas físicas que nos gobiernan. Habréis de comprender pues, mi señor Malatesta, que no encuentre en disposición de leerme vuestra entrada en este instante, pero sabed que, en habiendo leído vuestra personal descripción, es mi intención retornar a este lugar cuán a menudo me permitan los hados.
    Sabed que habéis encontrado un amigo.

    Desilusionista

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  2. Espero que el retratado no llegue por esas casualidades de la vida a este blog. Aunque, pensándolo bien, no creo que le pueda importar mucho, con la cantidad de gente que ha disfrutado ya de esta artística foto.
    Mi aplauso para el fotógrafo.

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  3. Lo del soterramiento de las vías supongo que será la mejor opción de todas para no crear una barrera como dices (no conozco el caso), pero seguro será más cara.
    Los puentes aseguro que también son en Valencia lugar de apoyo de numerosas pancartas de la tan recurrida "por fin se casan, corazones y los dos nombres enlazados con flecha", hasta tal punto que más de algún coche se la ha dado por leer los cartelitos.
    El de las farolas también se ha extendido como las enramadas en los pueblos. Pero desde luego, la foto del individuo en cuestión no tiene precio.

    Saludos.

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  4. Desilusionista. Nada hombre, vuelva usted cuando las fuerzas le acompañen.

    Lunaria, la foto es de premio, desde luego.

    Vinti, parece que la costumbre está extendida. Lo de las farolas sin embargo no lo he visto por aquí. Saludos.

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