sábado, 21 de noviembre de 2009

Cambiar o no cambiar, esa es la cuestión

En mi gimnasio son unos soseras. La mayoría de la gente ni te devuelve el saludo, así que aún menos te dan conversación. Con tipos así mis sesiones de entrenamiento son tremendamente aburridas, pero he de reconocer que resulta cojonudo para concentrarte en el ejercicio y de vez en cuando, reflexionar.
Ayer fue uno de esos días. Y lo que sigue fue más o menos el desarrollo de mi pensamiento mientras hacía press banca o curl sentado.

AVISO: Esta entrada es larga, sin fotos y de contenido pseudo-filosófico. Si no se está de humor o se tiene algo mejor que hacer, recomiendo dejar la lectura para otro día u otra vida.
Si de todas formas se desea dejar constancia de vuestro paso por aquí (lo cual ya de por sí se agradece), podéis copiar y pegar como comentario lo siguiente:
Cómo te comes el coco, chaval. ¡Mejor piensa en las comilonas que nos esperan a todos a la vuelta de la esquina!

Dicho esto, empecemos. Esta semana me han hecho ver que la mayoría de las conductas son aprendidas. Utilizando la terminología que todos dimos en el bachillerato, parece que en la personalidad juega más el carácter (fruto de la experiencia) que el temperamento (innato). Por lo tanto, con entrenamiento somos capaces de modificar la mayoría de nuestras reacciones.
El hombre es un ser tremendamente social. Muchas de nuestras conductas van encaminadas a buscar la aceptación por parte del grupo. O al menos, a evitar el rechazo. Desde niños vamos aprendiendo a base de riñas y premios de nuestros padres, golpes o popularidad en el recreo, etc. Es un aprendizaje “natural”, en el sentido de que los que nos rodean nos van inculcando lo que está bien y lo que está mal; lo que provoca éxito e integración y lo que provoca fracaso social. También se puede aprender de una forma estructurada. En parte eso es lo que he hecho esta semana, y es lo que me ha puesto a darle al coco.
Porque surgen las siguientes preguntas:
1) ¿Dónde queda el “yo”, si la personalidad es tan fácilmente moldeable? Me explico: soy quien soy, además de porque tengo un cuerpo, porque poseo ciertos rasgos que de alguna forma me definen y me hacen “único” y reconocible. Soy vago, o cariñoso, o picajoso, o gracioso. Si me insultan me mosqueo y respondo o evito el enfrentamiento. Si modificamos esos rasgos, ¿no somos en cierta manera “otra persona”?
2) ¿Hasta qué punto merece la pena sacrificar la personalidad por el éxito social? Tengamos en cuenta que en principio no hay conductas buenas o malas, sino que se encuadran en un entorno. Lo que provoca el éxito en Japón puede ser nefasto en España o viceversa. Por lo tanto algunos individuos, cuyo temperamento va bien con la cultura en la que se insertan, no tendrán que modificar tanto su conducta como otros. Quizás los llamados inadaptados sean “héroes”, que han decidido anteponer su “yo” al éxito social.
En los últimos años he cambiado. De forma consciente, a base de entrenamiento. No os voy a aburrir con los detalles, pero de alguna forma ya “soy otro”. Lo he hecho forzado por las circunstancias, sobre todo laborales. Me ha ido bien; al menos hasta ahora. Esta semana me han hecho comprender que aún me quedan aspectos por pulir. De lo que no me han convencido es de si todo esto merece o no la pena.

14 comentarios:

  1. Merece la pena siempre que no te olvides de quien eres. Muy en contra de mis principios aprendí a hacer de camaleón sobre todo , como tu dices, por temas laborales pero cada día que pasa valoro más la diferencia y la busco más en los demás. Eso que alguna vez odié y me dio problemas, no se si es porque me hago vieja, pero en los últimos años es lo que mejor me hace sentir.

    Además creo que hay personas que nunca conseguiremos "mimetizarnos" del todo.

    Por cierto, mi madre me ha dicho siene y siene de veces que te diga, que por favor que la disculpes, que en el gimnasio siempre hace por ver si estás para saludarte y que si alguna vez no lo hace es porque no ve ni tres en un burro y porque no se hace con tu cara ...debes tenerla difícil o algo jijiji

    ResponderEliminar
  2. Me alegra saber que no soy el único, Marta. Pero, ¿no te apena un poco tener que "mimetizarte"? ¿No es como traicionarse a uno mismo?
    Dile a tu madre que si no me ve no es por problemas de vista, sino porque he abandonado el "Body pump" y he vuelto a las pesas. Salúdala de mi parte.
    Y ya que lo dices no creo que mi cara sea difícil. Más bien fácil de olvidar. Lo mismo me hago espía. O carterista.

    ResponderEliminar
  3. Hay una salida de incendio...
    Verás,los comecocos me fascinan jijijijijiji...tú eres tú,de blanco o de negro,simpático natural o forzoso,serio natural o forzoso,...parece ser que uno ha de adaptarse al entorno,has de comportarte según el lugar y tal...pero! nadie dice que no hagas el entorno a ti...sí?
    Yo debo tener una especie de fobia a lo reptante,sin embargo,para defender ese "yo" del que hablas sin necesidad de ser un "héroe" (heroína en este caso,tié guasa que en femenino tenga una connotación tan nefasta)y colgarte la etiqueta de ególatra antisocial,pues aprendí a "reptar" pero no por el significado rastrero,sino por el de manejarme en eses y acabar haciendo yo y siendo yo sin que el entorno se modifique ni se note si yo no lo hago...hay quien lo llama mano izquierda,pero no es a lo que yo llamaría mano izquierda...Un ejemplo es con los niños,uno haría las cosas de una manera,pero si ves que de esa forma no se consigue nada,optas por observar a la presa (niño en fase pataleta y doscohone),sopesar sus puntos débiles,camelártelo y sutilmente llevártelo a tu terreno...y,sin darse cuenta,la presa está doblegada a tus órdenes,suaves,sonrientes jijijijiji pero tus órdenes,que evidentemente son:deja de ser insoportable,compórtate como una personita,y no me seas caprichoso porque no voy a hacer lo que a ti te de la gana shavalito...es un ejemplo,el que uso más últimamente...y soy yo,la misma,que reptó,me meneo en eses sempiternas para llegar a donde quiero,donde quizás no me llevaría la línea recta...En los curros inguá,al menos en los que yo he estado,...observación,valoración del terreno,de posibles reacciones pre estudiadas,plan A,plan B...jijijijiji y siempre fiel a uno mismo,...eso sí...también te digo una cosa...nunca he sido yo intransigente con lo mío,esto es...nunca he estado segurísima de si no debo cambiar algo de mí,esto es,a veces hay cosas de nosotros,que a pesar de ser "nosotros" no son buenas...y si es así,si valoramos que en ese caso nos equivocamos,tenemos un yo que es nuestro y que podemos modelar,siempre que lo hagamos nosotros y no lo hagan por nosotros...
    Y ahora es cuando tú dices..."en la hora en que se me ocurrió a mí postear esto y le he dado carrete a colgaos como esta..." jijijijij
    Hay más cosas que decir...pero me da vergüenza seguir...quizás en una cenita,charlando,escuchando tu parte de un diálogo y el de los demás...jijijijijijijijiji si no te mudas de ciudad para evitarlo a partir de ahora,claro...o no,si te haces espía lo mismo pasas a mi lado y ni te veo,tranquilo jijijijijijijiji...si te haces carterista y pasas junto a mí,ni te molestes....jaaaaaaaajajajajajaja
    Abrazos!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Menudo temita que has sacado.
    Supongo que siempre que conocemos a alguien hasta inconscientemente adoptamos una postura acorde para agradar. Luego con el trato y las relaciones, la cosa cambia.
    Me imagino que todo depende de las circunstancias en la que nos encontremos.
    Muchas veces no tenemos más remedios que comportarnos en contra de nuestra voluntad para evitar males mayores, por ejemplo, en el trabajo, o relaciones familiares. Pero en ningún caso creo que deje de ser yo.
    En lo que respecta a amistades,me importa un pimiento no ser aceptada por alguien o por un grupo. Hay mucha gente y todo es cuestión de rodearse con personas que merezcan la pena.
    Con el tiempo todo se aprende, y yo he llegado a la conclusión de que no pienso mover un dedo por agradar. SOy como soy ya está.
    No obtante me parece muy buena opción la postura de India, que me va a tener que dar unas clases para aprender a hacer esas eses.
    En fin, que no me lio más que ya sabes de sobra lo que pienso.

    ResponderEliminar
  5. India, no estoy seguro de haberte entendido del todo. ¿Seguir siendo tú a pesar de comportarte de manera diferente? Hombre, en el caso que explicas con tus niños, está más que justificado. Pero con los demás, ¿no es simplemente fingir? El tema que traía yo iba más allá. Es cuando con ayuda de entrenamiento ya no se finge, ya que hemos cambiado las pautas de conducta y "sale natural". Por cierto, gracias por tomarte la molestia en contestar. ¡Dale carrete!
    Lunaria, de sobra sé lo que piensas sobre el asunto. Es una postura valiente, pero ya sabes que tiene un precio. Ahí está el quid de la cuestión.

    ResponderEliminar
  6. Mira,mientras tendía la ropa seguí cavilando al respecto...aunque reconozco que no me esperaba esa interpretación tuya,nada más lejos de mi pensamiento ser finfiendo lo que se es,nada más lejos de mi manera de vivir,te lo aseguro...
    Pues eso,que mientras tendía la ropita me vino a la mente la Geología,las piedras,espadachín,seres inertes por excelencia...y aún así en constante evolución de sí mismas...sujetas a los factores externos quieran o no,se moldean,se redondean, se aristan...pero su composición,la piedara origen siempre está en ella,su núcleo...No sabes tú lo emocionado de mi profe de geología y Tectónica de Placas,era imposible volver a mirar una piedra como un ser inerte después de escucharle a él...
    Me deja preocupada haber dado un mensaje tan alejado de mi idea,Malatesta...
    Abrazos!!

    ResponderEliminar
  7. Y sigo pensando...a ver,yo creo que uno no es sólo lo que dice sino cómo lo dice,no es sólo lo que hace sino cómo lo hace...y sigo intentando despegar ese verbo,fingir,porque no es necesario fingir lo contrario a lo que uno hace o dice,puesto que puedes defenderlo con la forma en que haces o dices...jijijiji sigo preocupada por lo mal que me he expresado para llegar a esa tu posible idea de mi planteamiento...

    ResponderEliminar
  8. Buenas preguntas. Aun parece que tienes fauna sociable en tu gimnasio. En el mio la mayoria eran "nengs" charlando de sus multas de trafico y de como mejorar su biceps en una jerga paupérrima y soltando piropos a las puretillas.
    Yo soy un poco Patton en mi actitud, con los problemas que acarrea, aunque si hay que ser diplomatico se es sin problemas. :p

    Saludos tovarich Malatesta!

    ResponderEliminar
  9. Cómo te comes el coco, chaval.
    Mucho para pensar y mucho a lo que dar la vuelta, tantas cosas que se podrían decir.... y muchas cosas que habeis dicho ya.

    ResponderEliminar
  10. India, ya te decía yo que me parecía que no te había entendido, je, je. Ahora con lo de las piedras ya te voy pillando la idea, fíjate tú. Es lo que tiene ser de ciencias, ja, ja. Vale, no fingir, sino adaptarse. En la terminología geológica, mostrar la faceta más apropiada al momento. Hay que ver lo que da de sí un tema de estos. Y es que cada uno habla desde su experiencia. Yo estoy pensando en ciertas cosas y seguro que tú en otras distintas, porque los dos hemos tenido diferentes experiencias.
    Anthony, mi gimnasio es de mantenimiento. Se ven pocos culturistas, aunque alguno hay.
    Carmen, te ha faltado la segunda parte de la frase. ¿O es que tú no vas a tener comilonas pronto? :)

    ResponderEliminar
  11. Sí,claro...tus experiencias te harán a ti y las mías me harán a mí...pero esperemos que a ambos,nos hagan unos Rolling Stones!!!!!jaaaaaaaaajajajajajaja así podremos sacar las lenguas y no resultar burlescos...o sí...jijijijijijijijiji
    Abrazos,comecocos...

    ResponderEliminar
  12. Creo que en nuestra esencia está el cambio, que en eso está el "yo". Como "yo" no somos una realidad inmutable, sino organismos sujetos a transformaciones que se derivan de nuestra relación con el ambiente. Si está nublado, nos ponemos nostálgicos, pero seguimos siendo la misma persona que se reía cuando lucía el sol.

    Podemos cambiar al ritmo del clima, del espacio, de las modas, de las relaciones sociales o laborales... y creo que cada uno pone el énfasis en alguna de esas circunstancias según sean sus intereses. Cambiamos para sentirnos mejor.

    En cualquier caso, no creo que la gente cambie radicalmente. Nos movemos entre unos umbrales y escoramos hacia un lado u otro según nos da. Gracias a dios esto es así, supongo, porque conservamos siempre ciertos rasgos comunes de humanidad, honestidad con nosotros mismos y con los demás. Sabemos perfectamente cuando algo es producto de un cambio y cuando algo es una pantomima para convencer a otros de que somos de una determinada manera.

    ResponderEliminar
  13. Ismo, estoy de acuerdo en que salvo traumas, los cambios son graduales. Lo que planteaba aquí era el caso de que los cambios son conscientes, a base de entrenamiento personal.
    Tu idea sobre el asunto es interesante: nuestra personalidad se puede mover dentro de unos límites, y por ello nunca dejamos de ser nosotros mismos. Pero no sé, hay gente que después de alguna experiencia muy fuerte ha sufrido cambios espectaculares en la conducta.
    Lo que parece que todos tenemos claro (y me ha sorprendido bastante) es que la gente puede cambiar. House no opina lo mismo, ja, ja, ja.

    ResponderEliminar
  14. Hasta Kiko Veneno está de acuerdo en eso. Ese House es un pirado ;)

    La Coca-Cola siempre es igual/Pero yo no/Yo puedo cambiar

    ResponderEliminar