Desconocidos conocidos

El otro día me senté en un banco de la estación de trenes junto a una chica desconocida. Como soy una persona muy saludable le dí los buenos días. Podría no haberlo hecho, de hecho creo que se sorprendió de que lo hiciera. Ella leía un libro y apenas levantó la cabeza de él. Yo saqué mi mp3 y me perdí entre las notas de un piano. Cinco minutos de silencio compartido hasta que la llegada del tren nos separó. Nada anormal entre dos perfectos desconocidos.

¿Dos perfectos desconocidos? Ciertamente era la primera vez que la veía, que escuchaba su voz, pero sin saberlo, yo sabía muchas cosas de aquella chica. Para empezar, sabía su nombre, a qué se dedica, qué hace su novio, sus aficiones, dónde ha viajado, lo que opina sobre un montón de temas. En realidad, sabía más de ella que de muchos de mis primos, que de la mayoría de mis compañeros de trabajo. Poco más o menos lo mismo se podría decir de ella respecto a mí. Aunque jamás habíamos hablado, sí que nos habíamos comunicado, aunque ella como Yedra y yo como Malatesta.

Internet ha revolucionado las relaciones humanas. Eso es innegable, al menos aquí, en el primer mundo. Las personas tenemos cada vez más difícultad para comunicarnos "en el mundo real". En internet se puede romper el hielo mucho más fácilmente. Tú, lector, si te apetece, sólo tienes que escribir un comentario en esta misma entrada, y ya hemos entrado en contacto. No has tenido que vencer ninguna vergüenza. No has tenido que mirarme a los ojos y articular dos frases con miedo a parecer idiota. No puedes temer que no me guste tu apariencia, o simplemente a que te rechace por ser un descarado.

Cara a cara todo cambia. Hoy volví a ver a la chica desconocida, sólo que por casualidad la había identificado gracias a unas fotos que ví hace tiempo. A pesar de todo, me ha costado unos segundos vencer el miedo al rechazo y decidirme a hablarle. Y eso que me tengo por un chico sin vergüenza (que no un sinvergüenza), y que no es la primera bloguera/bloguero que conozco en persona.

Desconocidos conocidos. ¿Lo que escribimos en un blog nos define? Evidentemente no, pero sí que ayuda a conocernos. Hasta el que se dedique a mentir o evite hablar de sí, está dando información sobre sí mismo. Cada cual se comporta de forma diferente en casa que en el trabajo, cuando habla con un amigo que cuando habla con un desconocido. Cada faceta es diferente, pero forma parte de un mismo ser. Posiblemente nadie conozca todas las caras de una persona, y por eso siempre somos capaces de sorprender. La que damos aquí es una de ellas, y según mi experiencia, no es demasiado diferente del resto.

Encantado de volver a conocerte, Yedra.