“Si yo fuera mujer, minoría racial,
cristiano de base, zurdo, homosexual,
Tercer Mundo, obrero, artista,
me podría sumar a su revolución,
pero al no ser así, ofrecer mi adhesión
me parece paternalista.[…]”
El amigo Krahe se olvidó de una minoría bastante importante. Se calcula que el 10% de la población mundial sufre algún tipo de minusvalía.
Bien, por fortuna no sufro de ninguna discapacidad física, psíquica o sensorial. Sin embargo, no considero paternalista defender los derechos de los discapacitados. La razón es mucho más simple y más egoísta de lo que se pudiera pensar. No necesito apelar a la idea de Bien, ni al carácter humano de tal comportamiento. Es más, no podemos decir que seamos los únicos que actuamos así. Como ya quedó claro una vez, el estadío superior de la evolución, los bonobos, tienen un comportamiento que podríamos calificar de compasivo para con sus semejantes menos afortunados.
Decía que la razón más convincente proviene del puro egoísmo: todos podemos sufrir una discapacidad. Aunque tengamos la enorme suerte de nacer sanos, podemos tener accidentes o padecer enfermedades que conlleven una minusvalía. Y aquí entra el amigo Kant: comportémonos con ellos como quisiéramos que se comportaran con nosotros si estuviésemos en su lugar.
Hace ya muchos años tuve una discapacidad, afortunadamente temporal. Sufrí un esguince de tobillo grave que me tuvo con muletas durante dos meses. Una nadería, pero suficiente para que desarrollara un poco la empatía para con los que llevan a cuestas una discapacidad permanente. Si no haced la prueba. Tratad de subir un tercer piso sin ascensor con unas muletas. Por eso apoyo las iniciativas que lleven a la eliminación de las barreras arquitectónicas, la superación de prejuicios y la incorporación a la vida laboral de estas personas.
¿Y todo esto a qué viene? Marga, la madre de Vanessa, ha enviado este mes la noticia de que la ONU ha aprobado el borrador de la Convención Internacional para los Derechos de las Personas Discapacitadas. Se espera que el tratado sea aprobado de aquí a final de año, y que entre en vigor por los países firmantes en 2008 o 2009.
Os adjunto un resumen de los artículos más importantes (gracias Jueves, por enseñarme Short Text). Los que lo leáis, veréis que se trata de aspectos muy básicos, diríamos evidentes, pero es que aún estamos lejos de los objetivos que ahí se fijan. Y en los países en vías de desarrollo las cosas están bastante peor que aquí.
Se trata de otro paso. Pero somos los ciudadanos los que debemos incorporar a nuestra vida diaria la cultura de la igualdad y de la no discriminación hacia los discapacitados. Sin paternalismos.
Más información en dicapnet.es.
Yo empecé a darme cuenta de las barreras que sufren los discapacitados cuando tuve niñas y comencé a pasearlas en carrito. Tomé conciencia de lo jodido que debe ser para alguien con muletas o silla de ruedas recorrer 200 metros por una ciudad grande atestada de coches mal aparcados, con bordillos a alturas desiguales y con gente irrespetuosa que es incapaz de comprender que, si hay un rebaje en un paso cebra, deben cederlo a quien lleva un carro.
ResponderEliminarCreo que las declaraciones de buena voluntad son efectivas... ayudan a animar el cotarro, a concienciar a poderes públicos y población... pero mientras haya gente, mucha, que siga pensando que las plazas de minusválido son un aparcamiento fácil, por ejemplo, los minusválidos y los padres con carrito lo llevarán tenebrosamente claro.
En mi opinión, en España somos especialmente maleducados en estas cuestiones de respeto al prójimo. Es algo visceral. No creo que tenga una solución fácil.
Como dice Ismo, en España por desgracia no estamos concienciados con este tipo de causas. Hasta que las cosas no nos afectan directamente no somos capaces de ponernos en el lugar de los demás.
ResponderEliminarAfortunadamente las cosas van cambiando, aunque muy poquito a poco. Pero hoy día ya es más fácil encontrar rebajes en las aceras, y rampas de acceso en locales públicos. Aún así no es suficiente.
Pienso que los minusválidos se merecen nuestro reconocimiento, porque día a día se enfrentan a mil y un retos para realizar cualquier actividad cotidiana.
Pues eso; que cualquiera podemos ser disminuidos en diversos grado. Y solo por eso merece la pena la lucha.
ResponderEliminarEl hecho de que el borrador se haya aprobado es una buena noticia, pero me parece que estos temas los tratan a un rítmo demasiado lento.
ResponderEliminarLos discapacitados neecesitan recursos para vivir mejor y todo lo que se haga por ellos será más que bueno.
El borrador es importante, que lo promueva la ONU mejor que mejor, pero lo mejor como siempre es poner un poquito cada uno. Desde tu barrio hasta el ayuntamiento, no estamos acostumbrados a ello, estoy segura de que cada vez que se reforma algo todo el mundo se acuerda de pedir para si mismo, desde la salida del garaje a la farola de turno, y pocos muy pocos se acuerdan de pedir condiciones adecaudas para discapacitados...
ResponderEliminarUn beso.
Hace unos años estuve viviendo bastante tiempo en Alemania y una de las cosas que más me llamó la atención al llegar fue que veía a muchísima gente en silla de ruedas por la calle, concretamente en Munich (en Berlin por ejemplo, no recuerdo que me chocase tanto.)incluso gente que no iba acompañada por nadie que les ayudase sino en grupo de dos o tres minusválidos. Luego me di cuenta de que en Munich un minusválido en silla de ruedas no tiene ningún problema para ir a donde le de la gana, las calles estan preparadas para ellos, el metro, los trenes, los autobuses, la tiendas, las oficinas.....TODO.
ResponderEliminarEn españa por desgracia aún estamos a años luz de conseguir eso. Espero que noticias como esta las escuchemos más a menudo
Sinceramente, me gusta lo que leo aquí, pero también no me gusta. Naturalmente será sin ninguna intención, pero si se quiere concienciar la gente primero uno mismo se debe dar cuenta como refleja los comentarios. A una persona con minusvalía lo que más le molesta es que lo miren con condescendencia, y también se hable de el/ella en los mismos términos. Frases como (y por favor que nadie se lo tome como nada personal) merecen nuestro reconocimiento, o pedir condiciones adecuadas para discapacitados denotan una diferencia, cuando se quiere aparentar una normalidad.
ResponderEliminarSe tendría que empezar a hablar de calles circulables para todos los ciudadanos. (No se puede olvidar que no sólo los disminuidos o discapacitados son los unicos que tienen problemas para pasear o circular en ellas). Aunque sea una simple cuestión de semántica, si no se empieza por esa simple cuestión, difícilmente podemos hablar de concienciación, propia o de los demás.
P.D: Alguien que tiene un 33% de minusvalía (al menos concedida) y que aún no tiene los problemas que por aquí se comentan, pero que algún día los tendrá.
Al fin...y espero que no tarden en oficializarlo..no es justo que los minusvalidos, entre otros con dificultades, esten a la merced de la suerte o ajena para poder mobilizarse con dignidad e independientemente en la ciudad, cuando tienen igualdad de derechos...
ResponderEliminarMuy cierto lo que describe HIEDRA, en Munich donde yo vivo, se han eliminado completamente las barreras arquitectonicas y espero que asi' sea pronto en todas partes.
Creo que más de un político y/o arquitecto/ingeniero de obras públicas debería darse una vuelta por el centro de Alsasua. Todo un ejemplo de una calle bien hecha, donde la referencia no es el nivel de la carretera, sino el de la acera, es decir, no existen los bordillos.
ResponderEliminarMediopunto, fíjate que he empezado y terminado el artículo precisamente tratando de evitar que se confunda el apoyo a los discapacitados con paternalismo.
ResponderEliminarCon tu comentario has dado la razón a mis dudas. Las diferencias existen, desgraciadamente, pero de lo que se trata es de que impacten lo menos posible en la vida cotidiana de todos: discapacitados, familiares y resto de la ciudadanía.
Comprendo que se trata de un tema muy delicado. Incluso en la elección de los términos hay que tener cuidado. Hay mucho tabú y pocas ganas de herir susceptibilidades. De hecho, vamos inventando nuevos términos para hablar del tema a medida que gastamos los antiguos, por parecernos malsonantes debido al mal uso que hacemos de ellos.
El ejemplo típico: el término subnormal nació como eufemismo de anormal, cuando el segundo empezó a sonar mal. Desde que se empezó a usar subnormal como insulto, se convirtió así mismo en tabú, e inventamos disminuídos psíquicos. Pero disminuído también suena ya mal, así que pasamos a discapacitado psíquico.
Ojalá un día dejemos de usar los términos en sentido peyorativo, y seamos capaces de hablar abiertamente de este tema sin herir las susceptibilidades de nadie.
Hablando de cosas serias.¿Para cuando la crítica cinematográfica?
ResponderEliminarAyer fui a verla, como te dije. A ver si me da tiempo hoy a escribir unas líneas. Si no, mañana a más tardar tendrás la crítica oficial de La Guarida.
ResponderEliminarAún estamos demasiado lejos, pero bueno, es un paso a apreciar :)
ResponderEliminarY sí, es cierto, este país es lento, demasiado lento para según qué cosas. Pero eso sólo lo vemos cuando establecemos comparaciones o cuando salimos y nos observamos desde el exterior.
Tenemos los medios, solo nos falta el empuje.
Besos.
Este servidor tb espera la crítica cinematográfica.
ResponderEliminarMuy bonito el post. Yo tb tengo minusvalidos en mi familia, y espero que esta iniciativa tire adelante.
Un saludo!
En España no solo somos maleducados, sino que además egoistas. Sigue coleando todavía la polémica de los espacio sin humos. Cuando en pleno siglo XXI, que estamos metidos, todavía no hay solución para tantas cosas, que no se porque la gente pasea en coche y no en borrico.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el busano, aunque no sé si es un porblema sólo de España. Desde la generalidad, mucha buena voluntad, mucho 'tenemos que hacer ésto o lo otro', mucho exigir a los demás, pero, o el tema nos toca de cerca y entonces sí abanderamos la causa que sea, o miramos para otro lado y esperamos que sea el otro el que dé el primer paso.
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