Para esta nueva entrega de los relatos que me excitaron, he escogido un fragmento de la novela "El diamante de Jerusalén", de Noah Gordon. Otro escritor de bet-sellers, como "El médico" o "El rabino". Si estudiaste algo de medicina y eres judío, qué mejor que escribir sobre médicos judíos ¿no?. Una prueba más de que siempre se termina escribiendo sobre uno mismo.Los que hayan leído la novela tal vez recuerden que la "acción" del fragmento que propongo hoy transcurre en un lugar muy significativo para el pueblo judío: Masada. Y eso me da pie para hablaros un poco sobre este episodio histórico.
Masada es la Numancia de Israel. En el año 73 d.c., tras la destrucción del templo de Jerusalén a manos del general Tito, los romanos sitiaron la meseta-fortaleza, situada al este del desierto de Judea. Sus defensores, los nacionalistas zelotes, prefirieron suicidarse antes de caer en manos romanas.
Recuerdo perfectamente la serie de televisión del mismo nombre que transmitieron a finales de los 80. Protagonizada por Peter O'Toole y Peter Strauss, esta mini-serie me impactó. Los romanos construyeron una enorme rampa de tierra para que sus máquinas de asalto llegaran a las murallas. Mientras tanto, se entretenían catapultando judíos capturados vivos (vivos hasta que acababa el vuelo, claro) al interior de la fortaleza, para desmoralizar a sus defensores. Cuando la rampa estuvo terminada, estos eligieron por sorteo a unos cuantos para que fueran matando al resto, incluyendo mujeres y niños, y al final se suicidaran. ¡Brrrrr!
Se me olvidaba, los protagonistas del episodio que algunos de vosotros vais a leer, son un judío y una palestina. A ver si se hace realidad que hagan más el amor y menos la guerra. Que lo disfrutéis.Fragmento de "El diamante de Jerusalén"
Uffff! Nada más a decir.
ResponderEliminar¿Cómo puede un general llamarse Tito? ¿Cómo conseguía hacerse respetar por sus soldados con semejante nombre?
ResponderEliminarSería como tener un presidente que se llamara Agapito. Pues no pega...
¿Condicionará el nombre propio a las personas para llegar a un lugar u otro de la escala social? Tal vez por eso existan los nombres artísticos... y los de soltera.
Perdona por salirme de contexto, pero es que no me he leído el relato... luego con más tiempo.
Flaco lee el relato que te gustará...
ResponderEliminarIsterica lo ha dicho todo...
Un beso.
Hay autores que logran hacer peliculas de las palabras...bello relato!
ResponderEliminarMe encantó el libro. Es entretenido y ameno. Lo compré hace muchisimo tiempo y quizá deba leerlo porque no recuerdo bien algunos episodios.
ResponderEliminarNo soy muy de Noah Gordon, pero el relato me ha mantenido entretenido.
ResponderEliminarMasada, una historia desesperada como la Numancia de mi Hispania. Tan grandes fueron los hebreos como los romanos, que la construcción de su rampa requirió mucha astucia y valor.
Un saludo. Te seguiré leyendo. :)
Paco, lo suyo es que el lugarteniente de Tito hubiera sido Lucio Cornelio "El Piraña".
ResponderEliminarBienvenido, mi admirante. Yo tampoco es que sea mucho de Noah Gordon, pero precisamente, la intención era entretener. Un saludo.
EStooo... que si los pezones se agrandaron cuando los chupó, no debía estar causándole muy buena impresión ¿No? Duritos sí, contraídos sí,... pero más pequeños... aunque habría que preguntarse si admitimos "aureola" como parte del pezón o son cosas distintas. No sé si me he explicado: en mi opinión -modesta- el conjunto aureola-pezón propiamente dicho menguó, aunque el pezón propiamente dicho se hizo más prominente, o sea, que yo considero que se hizo más alto, pero no más grande ;)
ResponderEliminarInteresante exposición, ismo. Nunca me había parado a analizar la fisiología de un pezón.
ResponderEliminarQué palabra tan bonita, pezón. Tetilla no suena tan bien.
La verdad es que es una palabra bonita incluso cuando aparece en el nombre de un árbitro de fútbol. De "condón" no podría decir lo mismo :D
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