sábado, 27 de agosto de 2005

Museo de arte contemporáneo


- Zzzzzzz, zzzzzzz.
- Qué raro. ¿Qué picture es éste, granpa? ¡Granpa!
- ¿Ein? ¿Qué quieres, Alexei?
- ¿Porqué tienes un picture de una mesa vacía en tu drive?
- A ver, déjame pensar. Ya lo recuerdo, es la mesa que tenía en la Fábrica.
- Nunca me dijiste que laboraste en una fábrica. ¿Qué se hacía en ella?
- Bueno, era una fábrica de componentes de coches. Ya sabes, esos medios de transporte privados que había a principios de siglo. Funcionaban con derivados del petróleo.
- ¿Petróleo? ¿Eso que provocó el Big Disaster?
- Eso mismo. Eres un chico listo. Antes se usaba petróleo para todo. Incluso se fabricaban cosas comestibles con él.
- Pero, ¿porqué le hiciste un picture a tu mesa? ¿La querías mucho?
- Ja, ja, ja. No sé. Quizás para tener un recuerdo... No. Creo que se la envié a unos amigos para que vieran cómo la tenía personalizada. ¿Sabes? Teníamos una oficina al estilo yanqui, de esas enormes, en las que sólo tienen paredes y puertas los despachos de los jefes. Era todo muy impersonal y casi nadie decoraba su sitio. Bueno, menos tu abuelo, que era un poco raro para todo.
- Ya veo. ¿Qué es este póster? ¿Un team de football?
- Sí. Bueno no. A ver. Es un equipo de fútbol, pero del de antes, de soccer, lo que juegan las niñas. A lo que se juega ahora, le llamábamos antes fútbol americano. Cuando jóven el soccer era el deporte nacional de la extinta España. El del póster era el Cádiz, el equipo de la zona donde vivía por entonces. Seguro que me habrás oído alguna historieta de él. No eran de los mejores, que digamos, pero a tu abuelo siempre le gustaron las causas perdidas.
- ¿Y éste otro? ¿Qué hace tanta people junta?
- Déjame recordar... Sí. Es un cuadro de Goya, un pintor español... de los siglos XVIII y XIX creo. Ya no me acuerdo del título del cuadro. Antes la gente se reunía en espacios abiertos para celebrar cosas. En realidad lo de menos era el motivo. ¡Y casi siempre había alcohol de por medio! Bueno, lo del alcohol sigue siendo igual. Hay cosas que no cambian.
- ¿Qué es ese número? ¿Y la pluma? ¿Y este picture pequeñito del centro de qué es, grampa? No se ve bien.
- No lo recuerdo, Alexei. Hace demasiado tiempo. Y ya me has hecho bastantes preguntas por hoy.
- ¡Granpa!
- Estoy tratando de acordarme.
- ¡Mentira! ¡Te vas a dormir otra vez! ¡Granpa!
- Zzzzzzz, zzzzzzzz.

7 comentarios:

  1. ¿Porqué no? Cada vez se adopta más en Rusia y otros países del este.
    Gracias por animarme, pero ahora que lo he vuelto a leer... ¡Joder, vaya patata! Si hay próximo, prometo mejorar.

    ResponderEliminar
  2. Pues es cojonudo. Muy original, sip.
    Esperaba ver el nombre del autor al final del relato y todo...

    Odio las mesas de trabajo impersonales. Paso ahí sentado más tiempo que en cualquier otro sitio. Qué menos que unas fotillos, un cactus... y todo tapado por una montaña de papeles sin orden ni utilidad aparente.

    ResponderEliminar
  3. Pues evidentemente espero que se vaya al carajo todo cuando se acabe el petroleo porque puede ser la unica oportunidad de salvarse el planeta...
    Aunque los americanos tinen reservas intactas y son capaces de apostar por la energia nuclear...
    Cambiando de tema a pesar de ser durante todos estos años del pp,he dicho que voto el psoe si sacaba el proyecto de ley de potenciacion de energias alternativasd...

    ResponderEliminar
  4. Jon: Pasa de la política, todos son iguales.
    Evita: Estoy con el perolavolada, viva la adopción militante.
    Paco: Sigue personalizando, y a la pila de papeles, un cerillo.
    Perolavolada: Esta muy ingenioso, esperamos el próximo. Ah, explicame lo del título y la fotillo del lienzo en blanco.

    ResponderEliminar
  5. ¿Lo preguntas en serio? Museo de arte contemporaneo por dos motivos:
    a)Es el título que le puse a la foto, ¿recuerdas? A cualquier cosa se le llama arte ahora, así que ¿porqué no a tu sombra bebiendo cerveza sobre un lienzo apoyado sobre un árbol de la Alameda?
    b)Mi mesa personalizada es también un pequeño museo de arte contemporaneo, contemporaneo a mí y ahora, se entiende.

    ResponderEliminar
  6. Muy buen cuento, malatesta. Pero tú siempre jugaste al fútbol como las niñas. Cuentáselo a tu nieto, pamplina

    ResponderEliminar
  7. Ojalá jugara como la Ronaldiña, que por cierto, está muy bien la muchacha (por no decir otra cosa). No tengo más tiempo para replicarte, que esta noche tengo partido.
    Gracias por el cumplido a mi opera prima. ¿Qué te pareció "Pánico", mi opera secunda?

    ResponderEliminar