martes, 16 de agosto de 2005

Sobre Arturo


Ahora que lo pienso, le debo al menos un post de éstos al tipo al que le he cogido prestado el personaje.
El señor en cuestión se llama Arturo Pérez-Reverte, y es lo que ustedes quieran, menos gris. Ante todo periodista, reportero de guerra durante nueve años, académico de la Lengua, desde hace más de una década se dedica a la literatura: El húsar (1986), El maestro de esgrima (1988), La tabla de Flandes (1990), El club Dumas (1993), La sombra del águila (1993), Territorio comanche (1994), Un asunto de honor (Cachito) (1995), Obra Breve (1995), La piel del tambor (1995), Patente de corso (1998), La carta esférica (2000), Con ánimo de ofender (2001), La Reina del Sur (2002), Cabo Trafalgar (2004).Y la serie del Capitán Alatriste: El capitán Alatriste (1996), Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998) y El oro del rey (2000) y El caballero del jubón amarillo (2003), de la que quedan por salir dos entregas.
Como en todo, habrá a quien le guste sus libros y a quien no. A mí personalmente me encantan. Me declaro aquí mismo fan suyo. Eso no me impide ver algunos de sus defectos y baches. Por ejemplo, creo que el final de La piel del tambor no se lo cree nadie, y el uso del lenguaje moderno en boca de personajes de la época estropea Cabo Trafalgar. Pero en general me gustan sus historias, ya estén ambientadas en la España de los Felipes o en el mundo de la droga. Mi favorita: La tabla de Flandes, que alguno recordará porque se llevó al cine.
Y luego están sus artículos en el Semanal, con el título “Patente de Corso”. Ya me gustaría a mí algún día escribir un post aunque fuera parecido a sus hachazos, pues eso son muchas veces. Joder, no deja títere con cabeza. Lo que es seguro es que no te deja indiferente, coincidas o no con él. Estilo directo y pelín ácido. Me encanta. Ahora podemos leerlos sin comprar el diario, en el siguiente link:
http://www.capitanalatriste.com/escritor.html?s=patentecorso
Para terminar, tengo una queja con Don Arturo, al que nunca llegará, por supuesto. Si habéis leído El caballero del jubón amarillo, y si no os lo comento, podréis recordar que el escritor deja entrever en la novela el lado más humano de Gualterio Malatesta, a la par que el lado más oscuro de su personaje principal, el Capitán. Sin embargo, el final nos deja a un Malatesta prácticamente desahuciado, en manos de la Inquisición. No es justo (por supuesto la literatura no tiene porqué serlo), y de veras confío en que en las siguientes entregas al menos le de una oportunidad a mi personaje favorito de morir de una manera menos denigrante.

3 comentarios:

  1. Pues me gustan sus comentarios en el semanal,me hacen reir mucho...
    Confieso que nunca he leido un libro suyo,pero ya me han recomendado varias personas el de flandes ese...
    Me parece que ha llevado una vida apasionante,pero no me gusta ese punto tan desencantado de la vida que tiene ,aunque la respeto porque supongo que el tendra mas elementos de juicio que yo por sus vivencias de guerra...

    ResponderEliminar
  2. De este tipo me leí la sombra del águila, y me encanto. Me lo leí de un tirón. Luego empecé La reina del Sur. Pero no fuí capaz. No me enganchó.

    ResponderEliminar
  3. Como dices, jon, quizás su pelín de cinismo es consecuencia de haber visto la parte más oscura del ser humano, que sale a la luz en cualquier guerra. O quizás sea una pose, nunca he tenido la oportunidad de encontrarlo en sus frecuentes paseos por Cádiz para comprobarlo.
    La Reina del Sur no es una de sus mejores novelas, pero si le das otra oportunidad, mizerable, ya verás como la historia mejora con el paso de las páginas.

    ResponderEliminar